Diari Més

La Policía Local de Cambrils pide el mismo armamento que los Mossos porque «un terrorista no diferencia uniformes»

El sub-jefe del cuerpo dice que, después de los atentados de Barcelona, pusieron «en asedio» el barrio del puerto

El sub-jefe de la Policía Local de Cambrils, Manel Muñoz, en la sala de control de la comisaría.

La Policía Local de Cambrils pide el mismo armamento que los Mossos porque «un terrorista no diferencia uniformes»ACN

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Cuando hará un año de los atentados, la Policía Local de Cambrils reclama que el cuerpo disponga del mismo armamento que los Mossos D'Esquadra. La madrugada del 18 de agosto, horas después del atentado en Barcelona, un coche se tiró contra un control de los Mossos D'Esquadra, atropelló a varias personas a su paso y volcó delante del Club Nàutic de Cambrils. Los cinco ocupantes, con cinturones de explosivos que resultaron falsos y con armas blancas, fueron abatidos a tiros por los agentes. Hacía 20 minutos que una segunda patrulla de Mossos y otra de la Policía Local se habían marchado de la zona. «Si en vez de quedarse una patrulla de Mossos, se hubiera quedado una de la Policía Local, me da miedo pensar qué habría podido pasar», ha explicado en una entrevista con la ACN el sub-jefe del cuerpo, Manel Muñoz, que recuerda que los municipales sólo disponían de arma corta. En este sentido, reclama que el Departamento de Interior haga «un pensamiento» y que los policías locales puedan trabajar con las mismas armas que los Mossos porque «un terrorista no diferencia uniformes». «Pronto hará un año y todavía no se ha hecho nada al respecto», lamenta.

El atropello en la Rambla, por la tarde, ya había hecho cambiar los planes de la Policía Local para las próximas horas. Escasos minutos después de que una furgoneta embistiera a los paseantes en Barcelona, Manel Muñoz llamó a todos los policías que estaban en la calle para hacer un brífing. Se anularon todos los servicios programados y se decidió que el puerto quedaría cerrado y con la máxima alerta. «A partir de las seis de la tarde, teníamos el barrio del puerto de Cambrils en asedio», afirma Muñoz, que apunta que no tenían ninguna información que indicara que tenía que pasar nada, pero que pensaban «que si tenía que pasar alguna cosa, tenía que ser allí, sin saber lo que tenía que ocurrir después». «Por precaución, teníamos todas las unidades allí y coincidimos con los Mossos», explica.

«¡Sargento! ¡Sargento! Un atentado en Cambrils»!. Pasaban pocos minutos después de la una de la madrugada cuando el sub-jefe de la Policía Local recibió una llamada de un agente que lo alertaba de los hechos y lo hacía salir de la cama. «Venga, venga, la cabeza de turno lo requiere. Hay un atentado en Cambrils». Cuando llega a comisaría, decenas de agentes, entre los cuales de interinos, ya están replegados en una sala donde reina «el desorden por la situación», donde se coordinan con otros cuerpos policiales y donde no paran de llegar informaciones por emisora, no todas ciertas –se especuló con la presencia de un coche bomba estacionado cerca del lugar de los hechos, con matrícula francesa y donde se leía inscrito en polvo un mensaje en relación al atentado de Barcelona-.

Con el chaleco antibalas puesto y el arma, Muñoz recuerda llegar a «la zona cero» con el sonido de los tiros. Los Mossos abatieron a cuatro de los terroristas, pero un quinto huyó. «Pregunto qué está pasando y me dicen que hay uno de los terroristas que todavía estaba por allí y que en la huida había causado varios heridos». En el atentado, media docena de personas resultaron heridas, entre ellas una vecina de Zaragoza de 67 años, que murió al día siguiente en el hospital.

«El coche que se presumía de que podía ser un coche bomba estaba a unos 150 metros de donde abatieron al último terrorista y estuve mucho rato custodiándolo hasta la llegada de los Tedax, que comprobaron que el vehículo no tenía nada,» apunta. «El espectáculo era dantesco, con los cuatro terroristas abatidos y mucha gente que se encontraba dentro de los restaurantes, todavía cerrados. Más tarde, pude ver la zona del Club Nàutic bien desierta, con el hacha y el coche volcado».

Más armas para la Policía Local

«Los terroristas se conocían la zona porque habían estado en Riudecanyes, se movieron por la Cooperativa de Cambrils, compraron material aquí. Sé de gente que vio el coche antes. ¿Cómo es que atentaron a esta hora si era cuando la gente ya estaba de retirada? Creo que vieron que antes, entre policías locales y mossos, el puerto estaba blindado y no se atrevieron», imagina Muñoz, que considera que «se envalentonaron y aprovecharon el momento que hicimos relevos para hacer la embestida». «Si no lo hicieron antes fue porque esperaron el momento oportuno, y el momento oportuno es cuando nosotros empezamos a replegar», reafirma. En el caso de la patrulla de la Policía Local, se había marchado a hacer un servicio por un hurto.

«La providencia nos ayudó: la hora nos ayudó, el dispositivo quiero pensar que también, y el coche acabó volcando». Muñoz celebra que fuera una patrulla de los Mossos D'Esquadra la que había en aquel momento y no sólo de la Policía Local porque no disponen «del mismo armamento». «Abatir a unos terroristas con una pistola como la que llevamos es una cosa, y hacerlo con un subfusil –como los Mossos- es otra», dice el sub-jefe, que reclama que se modifique el reglamento para que las policías municipales puedan hacer uso. «Yo no hablo de qué se blinden los coches, pero en la dotación de armamento se tendría que hacer una lectura».

El sub-jefe de la Policía Local de Cambrils compara la situación actual con la de las décadas de los 80 y 90, cuando los agentes eran también diana del terrorismo de ETA, «ahora con el terrorismo islámico». «Pidamos no caer en el olvido, ni Mossos D'Esquadra, con reposiciones de personal o de efectivos, como Policías Locales». En este sentido, reclama a los políticos que «se dejen de discursos de 'que bien ha salido todo' y que pongan medios para trabajar mejor, a todos, sin colores».

«Si volviera a pasar, haríamos lo mismo»

Un año después, la plantilla de la Policía Local no arrastra secuelas, según el sub-jefe, y tampoco ha cambiado su manera de hacer, después del atentado, más allá de la reivindicación de más armamento. «Ya salíamos con el chaleco antibalas y, cuando vamos a determinados servicios, ya iban dos patrullas en lugar de sólo una». Sin embargo, admite que trabajan más alertados. «Ha pasado en Cambrils, puede pasar en Salou, en Castelldefels, en Sitges, en cualquier lugar», opina Muñoz, que afirma que son «conscientes de que puede volver a pasar». «Si volviera a pasar, haríamos lo mismo», asegura el sub-jefe, que dice que habrían actuado igual que lo hicieron si el atentado hubiera sido en Valencia y no en Barcelona o si se hubiera tratado de una serie de atentados en diferentes puntos de Europa.

El 25 de agosto, unas 16.000 personas se manifestaron en Cambrils por la paz y contra el terrorismo. Aquella marcha evidenció también el agradecimiento de la población a los cuerpos de seguridad y emergencias. «Nos sentimos orgullosos de ser policías porque la gente vio que no sólo tenemos la vertiente represiva, sino el saber estar», dice Muñoz, que valora que los policías ahora lucen más el uniforme al sentirse «reconocidos» por la ciudadanía y que se muestra orgulloso de ver que los agentes respondieron inmediata al ataque «sin que nadie los tuviera que llamar, vinieron sin llamarlos, espontáneamente».

«Lo hemos vivido con mucha intensidad y no se olvida: una experiencia trágica, pero en que supimos estar todos en el lugar, en el momento, con una reacción rápida y con la ayuda de la providencia que evitó más desgracias», resume Muñoz, con un reconocimiento especial a la actuación «perfecta» de los agentes de los Mossos D'Esquadra que se encontraban en el lugar de los hechos.

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