«Por mucho que nos cueste porque ha habido víctimas, tenemos que seguir adelante y hacer vida normal»
Los tenderos, taxistas y hoteleros del Paseo Marítimo de Cambrils aseguran que impera la normalidad y las ganas de pasar página
Normalidad y mirar adelante. Cuando justo hace un año del atentado de Cambrils, el municipio rememora los trágicos hechos, pero con la misma voluntad con que se despertó al día siguiente de los ataques. Sin miedo y con la certeza de que la villa ha recuperado la normalidad. Los tenderos, taxistas y hoteleros del Paseo Marítimo, el entorno donde se abatieron los cinco terroristas, apuntan que el ataque no ha tenido repercusión económica y que la villa sigue teniendo la imagen de destino familiar. «Sabíamos que ahora era el aniversario y no nos ha hecho cambiar la idea de venir. De hecho, el año pasado estuvimos haciendo turismo por Barcelona, un mes después», asegura a Chelo Sarnago, una turista aragonesa. Como ella, la dependienta de una de las tiendas próximas al lugar de los hechos, Samanta Cardoso, defiende que hace falta seguir adelante y hacer vida normal. «Estamos en un mundo libre, no podemos seguir este terror», defiende.
Los turistas pasean por el Paseo Marítimo a pie o en bicicleta y los bañistas se adentran en el mar con la tranquilidad habitual de los que están de vacaciones. Son pocos los que se detienen ante el Club Nàutic, donde se ubica el memorial en recuerdo a las víctimas terroristas de ahora hace un año para observar y comentar los hechos, aunque los operarios municipales ultiman los últimos preparativos antes del acto institucional de este sábado por la mañana.
El ataque terrorista de Cambrils continúa bien presente entre los vecinos del municipio y los turistas. De hecho, Jesús Marín, que forma parte de un grupo de amigos procedentes de Navarra y Guipúzcoa, ha vuelto por undécima vez consecutiva a la villa. «No nos atemorizarán tan fácilmente», asegura. Este turista explica que vivieron con mucho nerviosismo los hechos porque las parejas del grupo estaban cogiendo una copa al paseo y fueron testigos. «Mi mujer es la que ha sufrido más. Estuvo tres meses con pesadillas, pero ahora después de un año ya estamos más tranquilos», afirma.
Otra turista que tampoco ha dudado en volver al municipio con la familia es Chelo Sarnago. Esta aragonesa lamenta la muerte de la única víctima mortal del ataque, que era de Zaragoza, y precisa que «les dolió mucho» por la proximidad y por el hecho de que conocen a mucha gente que veranea. «Es una zona por donde siempre paseamos y nos podía haber pasado a nosotros», admite.
El silencio del día siguiente de los hechos es uno de los recuerdos más palpables entre los tenderos de la zona. Mari Carmen Romero estaba cerrando la tienda cuando sucedió todo. Recuerda que, de repente, escuchó ruidos que le parecieron petardos y vio gente corriendo. «Se veían muchos policías y ambulancias, era como una película. No te esperas que pase alguna cosa así. Te quedas paralizada», rememora. Con todo, como si fuera hoy recuerda cuándo vio al último terrorista: «Me llamó la atención porque gritaba e iba sin camiseta».
Una recuperación «difícil» en los comercios
Con respecto al impacto económico, la dependienta Mari Carmen Romero no se atreve a afirmar que los ataques hayan afectado a las ventas. «Este año es muy extraño porque hay menos gente, pero no sabría decir exactamente el porqué. Diría que no es por eso, sino porque se están abriendo otros países», señala a esta tendera.
La comercianteexplica que fue «muy difícil» recuperarse de los atentados. «Cada día nos preguntamos si volverá a pasar y, a nivel económico, fue muy flojo los meses posteriores», constata Samanta Cardoso. «Mucha gente nos pregunta dónde fueron los ataques y se ha convertido un poquito en el lugar turístico de Cambrils. Nos impactó mucho que al día siguiente la gente se hiciera «selfies», lamenta. Sin embargo, Cardoso asegura que «tenemos que seguir adelante porque por mucho que nos cueste, porque ha habido víctimas, la mejor manera de lucharlo es seguir adelante, haciendo nuestras vidas».
Turistas que se alojaron en Cambrils el año pasado, repiten un año después
A su vez, los responsables del Hotel Rovira, situado a pocos metros del lugar donde sucedieron los hechos, explican que las reservas no se han visto afectadas. «Sinceramente, incluso gente que se encontró el año pasado han vuelto a reservar este verano, al menos nuestros clientes», revela la directora del alojamiento Amàlia Rovira. «Fue un choque, pero la gente ha vuelto a la rutina rápidamente y, eso, ha sido positivo», reconoce.
En la misma línea se posiciona José Martos, uno de los taxistas del turno de día, a quien subraya que los atentados podrían haber sucedido a cualquier otro lugar. Martos reitera que la ciudadanía no reaccionó «mal», a pesar del «malestar» del primer fin de semana. De hecho, asegura que desde entonces están trabajando «como siempre, llevando a la gente de aquí hacia allí». Sobre la situación en Cambrils al cabo de un año, este taxista es rotundo: «Sin miedo y sin nada. Aquí hemos hecho vida normal», concluye.