El jurado popular considera a Francisco Javier Mora culpable del assasinat de Ginés

El jurado popular ha considerado probado este miércoles por la tarde que el asesino confeso de su mujer en la Pobla de Mafumet el año 2016 no tenía afectadas sus capacidades cuando cometió el crimen. Por unanimidad, el tribunal ha declarado a Francisco Javier Mora culpable de haber acabado con la vida de Carmen Ginés, de 44 años. El jurado ha subrayado que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse y que la veintena de cuchilladas que le propinó su marido le ocasionaron un padecimiento innecesario. En su veredicto, el tribunal ha señalado que, atendiendo en los informes forenses, el hombre había consumido cocaína pero no había tomado alcohol, tal como afirmó el jueves pasado en su declaración en la Audiencia de Tarragona.

Durante su comparecencia, Francisco Javier Mora afirmó que el día del crimen había consumido una gran cantidad de alcohol y cocaína. El hombre justificó que los estupefacientes le produjeron «paranoia» y una sensación «muy extraña», y dijo que no recordaba nada más. El procesado admitió que posiblemente había discutido con la mujer porque quería más droga y dinero.

Según el veredicto que se ha hecho público este miércoles por la tarde, el jurado popular ha considerado probado que la noche del 17 de diciembre del 2016 el hombre accedió al pequeño lavabo donde había su mujer, se aproximó por la espalda y le propinó varios golpes y una veintena de cuchilladas que le produjeron la muerte.

Los nueve miembros del tribunal han recordado que la hija de la víctima vio a su padrastro con una actitud normal cuando volvió a casa. Asimismo, han apuntado que en su declaración los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Campclar explicaron que el hombre acudió para confesar que había degollado a la mujer y que no presentaba síntomas de encontrarse bajo los efectos del alcohol o las drogas.

Aunque se ha demostrado que el hombre consumió droga antes de los hechos y que sufría un trastorno de dependencia en la cocaína, el jurado ha sostenido que en el momento de los hechos el hombre no tenía afectadas sus capacidades volitivas y cognitivas, tal como manifestaron varios peritos durante la vista oral. El veredicto ha puesto de manifiesto que el hombre atacó a la mujer por sorpresa, que ella no se pudo defender y que las heridas le ocasionaron un gran padecimiento.

Por todo ello, la fiscalía ha mantenido la petición de 23 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. Según el fiscal, si el hombre no hubiera confesado el crimen, la investigación habría recaído igualmente sobre él, por lo cual ha argumentado que el agravante de parentesco es más cualificado que el atenuante de confesión. Además, el fiscal ha recordado que el hombre no ha aclarado durante el juicio las circunstancias en que se produjo la muerte.

Las acusaciones particulares han elevado la petición hasta los 25 años de prisión. Los abogados que representan a los familiares de la víctima han subrayado que no hubo colaboración por parte del acusado y que, durante el juicio, no ha mostrado arrepentimiento. Por su parte, la defensa ha pedido que se tenga en cuenta el atenuante de confesión para reducirle la pena. El juicio ha quedado visto para sentencia.