Banyeres lo tiene todo a punto para comprar los terrenos de la ciudad ibérica

El Ayuntamiento de Banyeres del Penedès lo tiene todo a punto para la compra de los terrenos bajo los cuales duermen los restos de la ciudad ibérica que descubrieron los investigadores de la Universidad de Barcelona y del Instituto Català d'Arqueologia Clásica.

La Generalitat ha autorizado la segregación de fincas con el fin de evitar que el Ayuntamiento tenga que asumir la compra de las dos viviendas que hay en los terrenos que son de interés arqueológico. «Con los 10.000 metros cuadrados de segregación, el Ayuntamiento evita tener que comprar las viviendas. Los propietarios podrán mantener las casas y disfrutar de terrenos de huerto. Lo tenemos todo a punto para la adquisición del resto de la finca», explica el alcalde de Banyeres del Penedès, Amadeu Benach. Los primeros trabajos arqueológicos quedan a la espera de que se materialice la adquisición de los terrenos y, una vez salga adelante, Benach afirma que «una empresa especializada se ha ofrecido a rebajar el terreno hasta las piedras, gratuitamente.»

Por otra parte, Benach tiene claro que el Ayuntamiento tiene que empezar a destinar una partida municipal a los presupuestos por|para el yacimiento en adelante. «El consistorio tendrá que reservar dinero para la ciudad íbera, ya que puede ser un gran revulsivo para|por el municipio. Por otra parte, nos preocuparemos de conseguir subvenciones», dice el alcalde.

El consistorio presentó públicamente el descubrimiento de los restos de la ciudad íbera –comparable en importancia a la de Ullastret– el pasado mes de julio. Un georradar localizó 2,5 hectáreas de la trama urbana del poblado, el núcleo mayor urbano de los íberos descubierto hasta ahora en Cataluña: buena parte de lo que se considera una ciudad con una estructura viaria muy regular formada por unas calles aproximadamente paralelos y anchos, cruzados perpendicularmente por unas vías más estrechas. El estudio permitió localizar ya unos 200 recintos, con plazas, edificios singulares, murallas, torres y un gran foso. Los investigadores consideran, tal como se afirmó durante la presentación del resultado del estudio, que se trataría de la gran ciudad de la Cessetània oriental, territorio habitado por la tribu ibérica de este nombre, los cessetans, que vivían en la zona que se extiende entre el macizo del Garraf y el cuello de Balaguer, y que tenían la gran capital en Kesse, la Tarragona actual.

Unas excavaciones preventivas en los años 80 y 90 apuntaron la posible existencia del asentamiento el georradar, un sistema que identifica las diferentes propiedades electromagnéticas de los materiales del subsuelo, dejó al descubierto.