Sanidad
La atención primaria en las zonas rurales «está en la UVI» según los médicos
Alertan, en el marco de la huelga de la próxima semana, que crecen las jubilaciones y las fugas de facultativos por la sobrecarga de trabajo
Mayor carga asistencial y de trabajo y pérdida de calidad en el servicio de los médicos de cabecera. Los recortes que denuncian a los facultativos y que son motivo de huelga del 26 al 30 de noviembre afectan de manera especial a las zonas rurales del Camp de Tarragona y de las Terres de l'Ebre. En algunos casos, como la Terra Alta o el Priorat, el empeoramiento del servicio «favorece el despoblamiento», asegura Àlex Moreno, miembro del sindicato Metges de Catalunya. Por una parte sufren los efectos que no se cubran buena parte de las jubilaciones y de bajas, pero también acusan la falta de candidatos para cubrir las plazas que se convocan.
En la Terra Alta, por ejemplo, los alcaldes se encuentran en negociaciones con el Departament de Salut de la Generalitat a fin de que se ofrezcan incentivos a los médicos de familia. Dado que tienen que asumir ratios elevadas de población, acaban atendiendo a los habitantes de varios municipios al mismo tiempo. En el norte del Alt Camp, según Moreno, cada profesional se encarga de como mínimo dos, una cifra que es superior en zonas menos densamente pobladas y que incrementa el tiempo de recorrido en el horario de trabajo.
Pedir cita, un «desastre»
Carles Luz, presidente del Consell Comarcal de la Terra Alta, explica que como se han reducido las horas de los consultorios locales la atención primaria a las personas mayores se complica doblemente: «Cuando instauraron la cita por teléfono fue un desastre», avisa el también alcalde de Gandesa. La falta de conocimiento de Internet limita la capacidad de una parte importante de la población rural y en muchos casos desisten de desplazarse a ciudades grandes próximas.
Trescientos médicos menos
Tarragona es la segunda demarcación donde más facultativos pidieron cambiar de región el año 2017, según datos de la Organización Médica Colegial. Aquel año, 331 colegiados optaron por ir a trabajar a comunidades autónomas vecinas o incluso en el extranjero. Esta circunstancia, según explica Elio Conesa, del colectivo Rebel·lió Atenció Primària, es común por toda Cataluña –Lleida es la primera en pérdida de colegiados, Girona la sexta y Barcelona la octava– y tiene el origen en los recortes del mandato del exconseller Boi Ruiz: «Las condiciones cada año son peores, a los médicos jóvenes los han expulsado con contratos de 20 horas y poco estables o contratándolos del lunes al viernes para ahorrarse los fines de semana».
Ahora precisamente muchos están estudiando por|para las oposiciones de nuevas plazas convocadas por la Generalitat, pero Conesa cree que desde el MIR «se convocan menos plazas de médicos de familia de las que hace falta». Aunque se convoquen, sin embargo, la carga asistencial y los contratos precarios hace que acaben optando por marcharse, muchos extranjeros formados aquí, en su país de origen. Los datos explican el fenomeno: el año 2010 había 930 más trabajadores a la atención primaria que en la hospitalaria en Cataluña. El año 2017, en cambio, había 2.261 menos, en comparación, que en los hospitales. «La atención primaria está en la UVI», se lamenta.
Falta de pedrera
Por parte de la Generalitat, que no ha querido hacer declaraciones, se exhimeix que no encuentran médicos para cubrir las bajas y las jubilaciones. Estas últimas seguirán creciendo en los próximos años y hay que, con las condiciones actuales, deciden recortar un año o dos su vida laboral para poder marcharse antes. «No se ha trabajado lo suficiente la pedrera de médicos», afirma Moreno.
La afectación es a la consulta pero también a las guardias. En el CAP de Gandesa sólo hay un médico para todo el fin de semana y, si tiene que desplazarse a cualquier otra población, la capital pierde el servicio. «Han disminuido las guardias», afirma el alcalde Carles Luz. La huelga, que está ampliada en todos los profesionales de la atención primaria, quiere poner el toque de alerta, también, en los 51 consultorios locales que han desaparecido desde el año 2010 y en los días de vacaciones o de bajas por enfermedad que no se cubren. También. en la falta de especialistas que visitan las áreas rurales. El Col·legi de Metges de Tarragona da apoyo, con una reivindicación común: incrementar los presupuestos para reavivar el servicio.