Los ocupas de Hort de Pau finalizan la huelga de hambre al conseguir el padrón

Mireia, la madre de un bebé de ocho meses, ha conseguido que lo empadronen en la casa que, junto con su pareja, ocupan en la calle de los Catúfols de Altafulla, en la zona de Hort de Pau. Esta familia y el resto de ocupas –once casas y una veintena de personas– hace meses que reclamaban al Ayuntamiento que les permitieran empadronarse tal como dicta la ley, pero informes de la Policía Local desaconsejaban hacerlo ya que, decían, habían hecho varios patrullajes y no habían visto a la misma gente viviendo en estos domicilios abandonados. Los ocupas, por el contrario, aseguraban que estos informes estaban «falseados».

A raíz de la negación del empadronamiento, dos ocupas iniciaron el 15 de febrero una huelga de hambre en la plaza del Pou, en las puertas del Ayuntamiento de Altafulla. Finalmente, ayer, administrativas de la corporación municipal les permitieron tramitar la solicitud de empadronamiento y les dieron incluso una copia para poder empezar a hacer uso de los servicios en el municipio, especialmente con respecto a los servicios sanitarios pero también poder contratar luz y agua.

Aunque el empadronamiento ya esté en trámite –de momento, tan sólo de esta familia– la parte superior de la calle de los Catúfols, la zona ocupada, sigue sin disponer de los suministros, después de que el mismo día 15 les cortaran la luz. Con respecto al agua, hacía ya meses que funcionaban a base de garrafas. El empadronamiento no resolverá esta situación inmediatamente, pero ayudará ya que era uno de los requisitos para contratarlo. Ahora mismo siguen necesitando bombonas de camping gas y camping luz. El campamento montado en las puertas del Ayuntamiento, pues, se acabó desmontando ayer tarde y la huelga de hambre se acabó una vez firmado el documento. La madre del bebé tuvo que ser atendida en dos ocasiones, durante los últimos días, por parte del Servei d'Emergències Mèdiques (SEM), que tuvo que desplazarse al lugar una vez los avisaron y trasladar a la madre al Hospital de Santa Tecla de Tarragona. Los mismos profesionales sanitarios le recomendaron que desistiera en la huelga de hambre por las complicaciones que podría tener.

De esta manera cierra esta parte de la polémica relacionada con los ocupas, que siguen exigiendo, junto con los vecinos, resolver la canalización de las aguas fecales que provoca problemas de insalubridad en la zona.