A juicio para amenazar uno ocupa de Cambrils a punta de pistola para que se marche de una vivienda

La Audiencia de Tarragona juzgará la semana que viene a dos hombres acusados de agredir y amenazar a punta de pistola un ocupa de Cambrils para que se marchara de un inmueble del municipio, el año 2015. La fiscalía pide para ellos penas que oscilan entre los nueve años y casi doce años de prisión. Uno de los procesados, J.I.L., convivía con la víctima y con otra persona, todos ellos en condición de ocupas, en un inmueble de la calle de las Flores. Según el ministerio público, a raíz de una fuerte discusión con la víctima, el procesado dejó de vivir y, al cabo de unos días, la víctima cambió el bombín de la puerta de acceso.

El excompañero de piso, junto con el otro procesado, C.B.A., y una tercera persona no identificada, se pusieron de acuerdo para ir al inmueble y amenazar a la víctima para que se marchara, según la fiscalía. El mediodía del 25 de agosto del 2015 se presentaron y entraron por una ventana de la parte posterior.

Ya dentro de la vivienda, los acusados encontraron a la víctima encerrada en el lavabo, por lo que golpearon fuertemente la puerta varias veces hasta que la tumbaron al suelo. Entonces, según la fiscalía, el procesado C.B.A. entró en el baño apuntando al interior con un arma del calibre 38 y, «con el ánimo de acoquinar a la víctima», disparó un tiro. El proyectil impactó en la pared, a justo 50 centímetros del hombre.

Entonces, añade la fiscalía, los tres individuos acosaron a la víctima dentro del lavabo. El que llevaba el arma lo golpeó con la culata y, el otro procesado, lo cogió del cuello y lo lanzó al suelo. Acto seguido, el individuo armado empezó a decir «¿Le meto un tiro? ¿Le meto un tiro?» mientras la víctima suplicaba que no lo hiciera. Finalmente, el tercer hombre que acompañaba a los procesados dijo que no disparara.

Antes de marcharse de la vivienda y, «con el ánimo de acoquinar a la víctima y conseguir el propósito que abandonara el inmueble», el acusado J.I.L. se dirigió a él y le dijo que aquella noche volverían y que, si no se marchaba, lo pelarían. Posteriormente, los tres abandonaron el inmueble y se marcharon del lugar en un vehículo. Las amenazas dieron resultados porque, el mismo día, la víctima se marchó del lugar.

Penas de casi doce años de prisión

La fiscalía acusa a los dos procesados de un delito de lesiones agravadas, en concurso medial con el delito de allanamiento de morada y con el agravante de abuso de superioridad, por el cual pide cinco años y tres meses de prisión, y la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de la víctima y comunicarse con ella durante diez años y tres meses. También acusa a los dos hombres de un delito de amenaza condicional, por el cual pide cuatro años más de prisión, y ocho años de alejamiento.

Además, al procesado que llevaba el arma, la fiscalía le atribuye un delito de tenencia de armas prohibidas por el cual añade dos años y medio más de prisión. C.B.A. era el propietario del revólver del calibre 38, el cual había sido modificado, y de la munición que llevaba. Además, según la fiscalía, el hombre no tenía licencia de armas.

El ministerio público también pide que los dos procesados indemnicen a la víctima con 1.920 por las lesiones y secuelas que sufrió. El caso llegará a juicio los días 10 y 11 de abril en la sección cuarta de la Audiencia de Tarragona.