Mentalista
Magia
«En este nuevo espectáculo explico cosas que quizás sólo tú conoces»
El maestro mentalista Anthony Blake presenta este sábado, 6 de abril, en La Canonja, su espectáculo ‘Pensamientos confidenciales’
—Su último espectáculo se llama Pensamientos confidenciales. Con este título parece que tenga que leer la parte más secreta y escondida de los espectadores.
—Siempre pensamos retorcido, porque todos tenemos muertos en el armario, inevitablemente, desde pequeños, como aquel niño de cuatro años que dice que no se ha comido la magdalena y tiene el papel en el bolsillo. Sin embargo, en realidad, cuando hablo de pensamientos confidenciales, lo que quiero decir es... ¿Tú recuerdas aquel primer beso de amor que te puso los pelos de punta?
—Sí.
—¿Te has dado cuenta de que has sonreído? Eso es Pensamientos confidenciales. Explico cosas que tienen mucho que ver con nosotros, y que realmente quizás sólo tú conoces. Cuando salgas pensarás que no es posible, que aquella circunstancia no la conocía ni la pareja, ni los hijos, ni los amigos, ni nadie del teatro. Eso también es Pensamientos confidenciales. Mis espectáculos tienen una duración mínima de tres horas: la hora y media que estás en el teatro, y la hora y media que pasas después, cuando ya has salido, hablando con los amigos o la familia sobre cómo es posible que haya pasado lo que ha pasado.
—El punto de partida del espectáculo son lo que usted denomina ‘Los extraños conocidos’. ¿Quiénes son, estas personas?
—Tú tienes la fortuna de vivir en una ciudad, Tarragona, que todavía es amable, y cuando sales a la calle y te encuentras al de la cafetería, lo conoces. Conoces el hombre del quiosco, el conductor del autobús y la mujer que tiene la tienda de lencería en la esquina de tu calle. Pero no los conoces absolutamente de nada. Estos son nuestros extraños conocidos. Eso no pasa igual en ciudades como Barcelona o Madrid, donde hago este planteamiento y me dicen que no conocen al del quiosco o al del metro... No encuentran a alguien conocido hasta que llegan al trabajo. Es decir, de alguna manera estamos perdiendo a estos extraños conocidos, y eso no favorece ni la vida ni la convivencia. Estos perfectos desconocidos que encontramos a diario son los que nos mantienen en contacto con la vida real. Por lo tanto, encontrémonos con estas personas en medio del teatro.
—¿Es un espectáculo que también nos invita a la reflexión?
—Lo que propongo es que vengas a verme para entretenerte, divertirte y desconectar. Si después hago que te detengas cinco minutos a pensar que este hombre tiene razón con eso que no nos encontramos con nadie conocido, pues mira, he conseguido que tengas un tema más conversación en la salida. Pero no pretendo enviar ningún mensaje, no busco ser ejemplar ni exponer moralinas, diós me guarde.
—¿De qué manera identifica a las personas que están dispuestas a jugar con usted y las que, simplemente, se lo quieren mirar?
—¿Cuántos años hace, que haces de periodista?
-Uf. Muchos.
—¿Y en qué momento sabes cuándo una entrevista será sencilla o complicada?
—Desde el principio.
—¿Y cómo lo sabes?
—Por el tono.
—¿Y si la haces presencialmente?
—También por la actitud.
—Pues a mí me pasa exactamente lo mismo. Cuando señalo a una persona para pedir colaboración, es suficiente que simplemente diga que no, y yo no insistiré ni un segundo. No hay nada peor en este mundo que estar obligado a hacer alguna cosa que no te apetece. Si saco a una persona a la fuerza al escenario, no colaborará en la medida en que a mí me interesa, y eso hará que caiga el ritmo del espectáculo y el espectador se aburra. Y si eso pasa, habré perdido el control del teatro. Si, por ejemplo, veo a un señor con brazos y piernas cruzados, no se me ocurrirá ni preguntarle.
—Con respecto al pensamiento, ¿somos más predecibles de lo que nos creemos?
—El pensamiento de cada uno de nosotros es absolutamente singular, no hay dos iguales, porque por fortuna el ser humano es único. También pienso que somos buenos, cariñosos, amables y colaboradores por naturaleza. Después, las historias de cada uno hacen que seamos como somos, pero mi punto de partida en el teatro es que todo el mundo colaborará.
—Este espectáculo ya ha empezado a rodar por la geografía española. ¿Cómo ha sido recibido?
—Todos los comentarios son tremendamente positivos. La palabra ‘Alucino’ es permanente y constante, y estamos llenando, literalmente, en cada función.