Movilidad
El RACC suspende las travesías urbanas de Corbera d'Ebre y Ascó por razones de seguridad y movilidad
La compañía reclama aumentar la anchura de las aceras e instalar elementos moderadores de la velocidad
Las travesías urbanas de Corbera d'Ebre y de Ascó suspenden en seguridad vial, según un estudio del RACC. La compañía pide aumentar la anchura de las aceras e instalar elementos que reduzcan la velocidad de los vehículos en estas vías. El RACC ha estudiado el impacto del paso de carreteras por el interior de ocho localidades de la demarcación de Tarragona y ha alertado que a pesar de este tipo de vías representan el 10% de la red vial catalana son el escenario del 20% de los accidentes. La auditoría, que se hace desde el 2011, mantiene la travesía urbana de Gandesa como la peor de las 36 analizadas en Cataluña.
El paso de la N-240a por Corbera d'Ebre obtiene la peor nota de las vías de la demarcación analizadas en la 7ª Auditoría RACC sobre la Calidad de las Travesías Urbanas, con 41 puntos sobre 100. La parte más negativa es la «seguridad de los peatones y ciclistas». Marc Fíguls, coordinador de estudios de la fundación RACC, ha concretado que «hace falta incluir más pasos de peatones señalizados y dotar de una anchura útil las aceras, además de reducir el paso de vehículos pesados». La otra travesía suspendida es la C-12b en Ascó, con 44 puntos. En este caso desde el RACC señalan que es la que tiene deficiencias más graves en seguridad vial. Citan la ampliación de las aceras como un elemento a mejorar y especialmente garantizar la continuidad en todo el itinerario. Además, proponen instalar «elementos de pacificación del tráfico para reducir la velocidad de la circulación», ha detallado Fíguls.
Entre las que obtienen un aprobado hay la N-340a en Torredembarra, la N-240a en Valls, la T-301 en Tortosa, la N-340a en Vila-seca y la TP-3318 en Alcanar. En estos casos la auditoría menciona la importancia de la iluminación para mejorar la seguridad. Fíguls ha detallado que hace falta la colocación de «farolas a lo largo de la travesía y especialmente recomendamos la iluminación de los pasos de peatones, porque el atropello es uno de los accidentes más típicos». Ampliar las aceras, habilitar espacios para ciclistas y mejorar el acceso a las paradas de autobús son otros elementos en los cuales el RACC reclama más inversión.
La mejor nota, con 71,5 puntos, es para la T-325 en Vilafortuny, que obtiene la segunda mejor puntuación desde que en el 2011 el RACC realiza el estudio por toda Cataluña, sólo por detrás de la travesía urbana de Altafulla. De hecho, cinco de los diez primeros son de la demarcación de Tarragona. Eso pero no ha evitado que en el último año la siniestralidad haya crecido un 52% en las carreteras tarraconenses, con 44 víctimas mortales, un hecho que ha sido primordial para que la compañía haya realizado el estudio en la demarcación. A pesar de eso, el presidente del RACC, Josep Mateu, se ha felicitado por la prohibición del paso de camiones pesados por la N-340 en las Terres de l'Ebre, un hecho que ha permitido reducir de trece en cuatro los muertos, si bien ha lamentado que la medida no hubiera llegado antes.
Mateu también ha sido crítico con el hecho de que «nos cuesta ver mejoras relevantes después de siete auditorías» y ha considerado que «cuesta que los Ayuntamientos se pongan», a la vez que ha advertido que «iremos detrás de los candidatos, tanto del Govern, como del Estado, como de la Diputació» para que se comprometan a realizar inversiones en estos espacios. «Las auditorías las tenemos que utilizar para reclamar; para reducir accidentes hay» que «invertir», ha lanzado. Según su opinión, todas estas deficiencias «generan problemas de convivencia entre los que la creen|cruzan y los que viven allí» ya que «a veces no se sabe si son carreteras o calles».