Costa
Cambrils explora el uso de vigilantes contra el 'top manta' en otros pueblos
Es una de las propuestas hechas por la Unió de Botiguers para combatir el fenómeno de forma eficaz
Técnicos del Ayuntamiento de Cambrils están explorando la experiencia de algunos de los municipios que han tenido que recurrir a la contratación de vigilantes de seguridad privada para combatir el fenómeno de la venta ambulante ilegal, por lo común conocido como top manta. Lo ha confirmado a Diari Més la concejala de Protecció Ciutadana, Yolanda Quílez, después de que la Unió de Botiguers de Cambrils pusiera sobre la mesa esta solución para acabar con la actividad tan pronto como sea posible y antes de que empiece la temporada turística.
Tomàs Sierra, presidente de la Unió de Botiguers de Cambrils desde el pasado martes explica que «una de las soluciones es que se actúe durante los 365 días del año, desde el minuto cero, a fin de que no se produzca el efecto llamada cuando empieza la temporada». En la reunión que mantuvo la agrupación de comerciantes con miembros del consistorio, el Ayuntamiento adquirió el compromiso de explorar la experiencia de otras poblaciones, como el Vendrell, que han contratado vigilantes privados para estrechar el cerco a los vendedores del top manta que cada verano ocupan la primera línea de mar.
«En realidad es un problema que no se puede erradicar de hoy para mañana. Quizás otra de las soluciones es aplicar al cien por cien las sanciones contra los compradores y concienciar a la gente que comprando en el top manta no les hacen ningún favor, ya que los vendedores son el último peldaño de auténticas mafias», apunta Sierra. El presidente de la Unió de Botiguers recuerda que, aunque la de los vigilantes privados es una solución propuesta por la entidad, esta figura sólo puede avisar a la policía local de la presencia de vendedores, pero no puede actuar.
El paseo marítimo en la zona del Cap de Sant Pere es el lugar donde, cada verano, proliferan los vendedores ambulantes del top manta. En este espacio han llegado a ocupar cerca de un kilómetro exponiendo sus productos, habitualmente de marcas falsificadas. Se trata de una zona que se encuentra al límite de término entre Cambrils y Salou, lo que les permite huir de una policía o la otra en función de cuál se acerque. «Durante un verano los mossos estuvieron desviando a los turistas de la zona donde se instalaban, pero no es posible si son más 500 metros los que ocupan», recuerda Tomàs Sierra.