Los únicos pasos llevados a hombros en la ciudad de Valls
Son los de la Germandat del Sant Crist de Lepant y de la Verge del Roser y este sábado salen en procesión
Son la Germandat, de las 9 cofradías y hermandades que hay en Valls, que más crece. La única en la ciudad que lleva los dos pasos a hombros y, por lo tanto, rehúye las ruedas. Y la que este Sábado de Gloria, día 13 de abril, la jornada que precede el Domingo de Ramos, saldrá por 13º año consecutivo en procesión. Les hablamos de la Germandat del Sant Crist de Lepant y la Verge del Roser; el primero de los pasos, el del Sant Crist de Lepant, construido, paso e imagen, en 1951 y bendecido en 1952, y el segundo, el de la Verge del Roser, como quién dice nuevo, ya que salió por primera vez el 7 de octubre del año pasado, festividad de la Verge, que ocurre este año en lunes. Hay que indicar, al mismo tiempo, que el paso de la Verge del Roser no puede salir el Viernes Santo.
Si en el 2003, el año de la recuperación de las procesiones de la Semana Santa en Valls, el paso de la Germandat del Sant Crist de Lepant lo llevaban sólo 8 hermanos, el año pasado la cifra ya fue de 80, contando los dos pasos, y este año el número baila entre los 95 o 96 componentes —entre costaleros, banda y hermanos con cirios y hachas—, tal como señalaba Salva Costa, el capataz del Sant Crist de Lepant. Eso lo afirmaba hace unos domingos mientras los dos pasos se entrenaban encima del bien asfaltado parking del Hort del Carme, junto al colegio Enxaneta y de la iglesia del Carme. Esta última acoge durante todo el año los pasos, las imágenes y el resto del bulto de ropas y utensilios indispensables, que tienen sentido y conforman el entorno del Sant Crist y de la Verge. Hay que decir que desde Reyes, la Germandat ensaya también entre semana los martes.
Valls, hay que decirlo, era quizás la única ciudad importante de Cataluña que no celebraba la Semana Santa —hubo un paro de 23 años, indicaba Salva Costa-, hasta que esta reavivó en el 2003 y ahora continúa en auge con la aquiescencia y la maestría de mosén Joan Àguila i Chavero, rector de la iglesia de Sant Joan, arcipreste y consiliario de la Agrupació de la Setmana Santa de Valls. Hay que mencionar, también, que casi todos los pasos vallenses fueron destruidos durante la Guerra Civil, una desdicha que comportó tener que rehacerles de nuevo con el dispendio económico que eso supuso.
Morado y negro y banda en el 2006
Los 20 costaleros del Sant Crist de Lepant y los 15 de la Mare de Déu del Roser —guiados por la capataz Sandra Rodríguez-, van vestidos con los colores morado y negro mientras soportan los 1.000 y 550 kilogramos de los pasos, respectivamente, aparte de la imagen y la ropa de cada uno. Otro de los hechos que resaltaban, tanto Salva como Sandra, es la creación de la banda el año 2006. Este hecho primordial coincidió en el tiempo con la decisión de llevar el paso del Sant Crist de Lepant a hombros y abandonar definitivamente las ruedas.
La banda de la Germandat, formada por timbales, bombos y cajas, dirigida por el responsable del cuerpo de banda, Javi Cortés, cuenta también, entre otros, con Nerea Martín, Uriel Costa, Joan Riesco, Aroa, Kevin, Miguel, Dylan, Jeremy y Ferran Montes. Pero ni los costaleros de los pasos ni los componentes de la banda estarían completos, aseguraba el capataz y presidente Salva Costa, sin el esfuerzo y la dedicación de la junta de la Germandat. Una junta formada por Raül Gómez, Ferran Montes, Elisabet Masip, Xavier Mañé, Jordi Roca, Sandra Rodríguez, Javi Cortés y Juanjo Gómez.
Mientras Salva explicaba una y mil anécdotas, estaba atento a todo lo que pasaba durante el ensayo de los pasos; él en el del Sant Crist de Lepant y Sandra en el de la Virgen del Roser. Por ejemplo, a la hora de levantar el paso, hay que dar un golpe de martinete, que está adosado al paso, como aviso para que los costaleros se preparen. Tres toques seguidos, a posteriori, es la señal para levantarlo. Si el paso está en marcha, añadía Raül Gómez, vicepresidente de la Germandat, un toque del martinete significa parar el paso, y tres toques, bajarlo al suelo.