Autora del libro 'Laso recetas de Glutoniana'
Salud
«He hecho el libro que me habría gustado encontrar cuando me diagnosticaron celiaquía»
‘Las recetas de Glutoniana’ es una recopilación de 30+1 propuestas de cocina sin gluten y sin lactosa
—¿Quien es Glutoniana?
—Glutoniana soy yo, Mònica Roig. El personaje surgió después de que el año 2008 me diagnosticaron celiaquía. Yo tenía otro blog de cocina, pero cuando me dieron el resultado de la primera prueba, que era muy concluyente, ya me puse a investigar sobre este tema. El día que me confirmaron el diagnóstico salió el blog de Glutoniana.
—Usted relata que el camino hasta obtener el diagnóstico de celiaquía no ha sido fácil. ¿Cómo fue, esta experiencia?
—Horrible. A veces, a los celíacos, nos preguntan desde cuándo lo somos. Sin embargo, la pregunta correcta tendría que ser desde cuando tenemos el diagnóstico. Yo lo era ya de pequeña, pero nadie supo ver los síntomas. Hasta los treinta y cinco años no tuve un diagnóstico y, a raíz de no diagnosticarme a tiempo, desarrollé otras intolerancias, como la de la lactosa. Y, todavía después, por no tener el diagnóstico de la intolerancia en la lactosa, aunque yo insistía que me encontraba mal, acabé teniendo mala absorción en la fructosa y el sorbitol.
—¿De qué manera ha tenido que cambiar su alimentación y, de rebote, la vida, por el hecho de ser intolerante al gluten?
—Es un cambio radical. Soy una persona fuerte, sabía cocinar y tenía muchas ideas, así que decidí encararlo ayudando a la gente, reconduciendo un hecho que es difícil. Cambia mucho la vida familiar, la vida de pareja, incluso si trabajas. Es un cambio muy grande que no te explican. Por suerte, cuando me diagnosticaron yo no trabajaba y me pude dedicar sólo a mí, porque estaba muy mal de salud. Cuando sales del médico, sólo te dicen que tendrás que comer sin gluten, pero no te explican todos los problemas que te encontrarás en el día a día.
—Hoy día parece que la celiaquía es más conocida y está más diagnosticada que hace unos años. ¿Eso no ha hecho que las opciones para las personas intolerantes en el gluten sean también más amplias?
—Depende de la ciudad. Yo soy de Tortosa y, cuando voy, acostumbro a llevarme comida. En los cursos y charlas que imparto, siempre pongo el ejemplo que, si vamos a desayunar a cualquier bar cercano, seguramente yo no podré comer con seguridad. Comer fuera de casa supone dejar tu cuerpo en manos de personas que, con una mala praxis, te pueden contaminar. Después, también pasa otra cosa, y es que, cuando te diagnostican, de alguna manera también diagnostican a la familia. Pero a menudo ellos piensan que sólo es cosa tuya, que no están involucrados. Pasa el mismo con la pareja o los amigos.
—Explica que su libro es un homenaje. ¿A quién?
—De alguna manera, este libro ha sido mi Everest. Empecé encontrándome muy mal, y hacerlo ha sido un reto. Es una especie de llamamiento para que la gente no se rinda.
—Las recetas que nos propone parecen muy suculentas. Ser celíaco no está reñido con disfrutar de la comida.
—Es el mensaje que quería transmitir. Cuando tuve el diagnóstico, pregunté a mi doctora cómo se lo hacía la gente, porque en Internet veía que la mayoría lo llevaba con alegría. Pero la doctora me dijo, toda seria: «Son gente que pasa hambre». Y este fue el detonante. Pasé un luto, pero lo pasé rápido porque estaba obsesionada con encontrar cosas nuevas, localizar supermercados donde poder comprar. Siempre intento encontrar nuevas opciones. Nuestra medicina es hacer dieta cada día, y eso limita mucho, tienes que sentirte muy fuerte mentalmente. Este es el libro que habría querido encontrar cuando me diagnosticaron.
—Ha tenido la colaboración de Nani Nolla, de La Cuina Violeta.
—Si, me ha hecho las fotografías y captó muy bien lo que quería hacer. La dejé trabajar en su aire, y el resultado ha quedado mucho bien.
—¿Donde se puede comprar el libro?
—Como es una autoedición, a través de mi web, glutoniana.com . Que me escriban y ya les diré como conseguirlo.