«El PP se oponía a tramitar el proyecto de las redes cerradas»

—¿La solución del conflicto político en Catalunya pasa estrictamente por un referéndum sobre la independencia?

—En absoluto, ahora está en manos de la justicia. Cuando acabe el juicio y haya sentencia ya hablaremos.

—Hace unos días Oriol Junqueras afirmaba en una carta a su militancia que el referéndum es inevitable.

—Nosotros estamos por la convivencia no para pelearnos. Un referéndum en cara y cruz serviría para acabar de dividir a esta sociedad que ya está lo bastante dividida.

—¿No ha habido cambios de posición en el PSC sobre la celebración de un referéndum?

—Hemos seguido diciendo exactamente lo mismo. Con nosotros no habrá 155, no habrá referéndum para seguir enfrentándonos a Catalunya. Queremos dialogar dentro de la ley, negociar y pactar. Queremos volver a la convivencia.

—El CIS apunta una victoria de ERC en Catalunya. ¿Se sentarían para negociar un posible pacto de gobierno con los republicanos?

—Queremos una mayoría amplia que nos permita gobernar sin contar con otras fuerzas políticas. Naturalmente dialogaremos con todo el mundo a la hora de pactar las leyes, pero queremos que toda aquella gente que cree que es sensato que Sánchez sea presidente que nos vote.

—¿Se hizo todo el posible en las negociaciones para aprobar los presupuestos y evitar las elecciones?

—Los partidos independentistas podrían haber hecho más, pero no quisieron. Bloquearon los presupuestos más sociales de la historia de Espanya y Catalunya. La derecha y ellos son los responsables.

—¿El PSOE no tiene ninguna responsabilidad?

—Claro que tenía, era el partido del gobierno, pero se encontró con grupos parlamentarios que no querían que sacaran adelante los presupuestos y no pensaron en qué hay mucha gente que está en listas de espera para acceder al sistema de discapacidad, que ha mayores de 52 años que no tienen ningún subsidio y que los pensionistas necesitan pensiones mucho más dignas.

—¿Qué medidas propone para mejorar la situación de los pensionistas?

—Ligar el IPC a la subida de pensiones de cada año. En la medida en que podamos –y estoy seguro de que la situación económica mejorará– también queremos subir por encima del IPC las pensiones mínimas.

—¿Vox es una línea roja?

—Queremos una mayoría que no nos haga depender ni de unos ni de otros. Esta mayoría existe y dice que los problemas se tienen que solucionar con pacto y diálogo.

—¿Cómo se explica que los gobiernos del PP y el PSOE negociaran con ETA y que, ahora, cueste más hablar con los independentistas catalanes en un contexto pacífico?

—Lo tendrás que preguntar a ellos porque anteponen sus intereses partidarios a los intereses de los catalanes. Hemos puesto encima de la mesa muchas cosas, hemos dialogado, hemos reunido todas las comisiones bilaterales para tratar los problemas que realmente afectan los catalanes y tarraconenses. Hay 160.000 pensionistas que lo están pasando muy mal y han preferido no negociar.

—La candidata del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, abrió la puerta a cerrar TV3.

—No se tiene que cerrar, pero un poco más de pluralismo no le iría nada mal. Siempre está la misma gente, las mismas opiniones. Es una televisión que es de todos, que también pagamos la mitad de la población que no estamos de acuerdo con las ideas que normalmente difunden. Ahora, cerrarla no, por descontado. Más bien soy partidario de abrirla a todos aquellos sectores de la sociedad que ahora no se sienten representados.

—¿En qué estado se encuentra el proyecto de las redes cerradas? (mecanismo que podría ahorrar el 15% a las empresas químicas en la obtención de la energía eléctrica)

—El reglamento está muy adelantado, pero con el avance electoral difícilmente se hará antes de las elecciones. Si gobernamos nosotros, antes del verano estará elaborado. Se ha hecho con la participación del sector entre ellos las petroquímicas de Tarragona.

—¿Puede peligrar si no gobierna al PSOE?

—Creo que sí porque hay otros partidos que representan o pueden representar otros intereses de sectores muy importantes de la economía.

—¿Le consta que algunos partidos estén en contra de este proyecto?

—Sólo diré eso. Algunos partidos de la derecha no estaban de acuerdo en tramitarlo.

—¿El PP?

—Por ejemplo.

—¿Ciudadanos?

—No tengo noticias, pero es posible. Sin embargo, no tengo noticia.

—¿Qué propuestas hace a los agricultores, muy preocupados por el sector de la avellana?

—Es importante que las ayudas vayan directamente al campesino y no a la subvención. Se pueden dar situaciones en que haya personas que tengan muchas hectáreas y, por lo tanto, mucha producción, y que reciben más ayudas que el campesino que está a la tierra.

—¿Como ve el avance de Vox en las encuestas?

— Con preocupación. Se tendría que hablar menos de Vox. Gobierne el PP o Ciudadanos, necesariamente detrás estarán las ideas de Vox y eso se ir hacia atrás.

—¿Está siguiendo el juicio?

—Poco.

—¿Cree que las acusaciones sobre rebelión tienen fundamentos? ¿Hubo violencia?

—Cuando hay un juicio se tiene que respetar la justicia y esperar que se dicte sentencia. No soy quién para entrar en eso.

—¿Usted vive en Tarragona, tuvo la percepción aquellos días que se viviera violencia?

—Hubo de todo, pero no es a mí quien me toca calificarlo, sino a la justicia que es otro poder, y hay quien lo confunde.

—¿Cómo valora que el Supremo no deje salir a los candidatos de la prisión para hacer campaña?

—Son los organismos que nos hemos dado en una de las democracias más adelantadas del mundo. Si el Supremo y la JEC dicen una cosa se tiene que acatar.

Un histórico socialista de larga carrera

Joan Ruiz Carbonell (1954) entró a la política de la mano de Josep Maria Recasens, el primer alcalde de la democracia, en 1984 como su jefe de gabinete. Profesor de Primària y licenciado en Geografía e Historia, ha dedicado gran parte de su vida a la esfera pública. Ha sido Secretario de Organización del Camp de Tarragona y, desde 2008, es diputado en el Congreso de los Diputados donde, recientemente y entre otras cuestiones, ha trabajado para impulsar políticas encaminadas a ayudar a las personas discapacitadas.