Sucesos
Desmantelan dos centros de fabricación ilegal de paquetes de tabaco en Constantí y Sant Quirze
Se han detenido 22 personas implicadas en esta red, que distribuía tabaco de 13 marcas a diferentes países de la UE
La Policía Nacional ha detenido a 22 personas y ha desmantelado dos centros de fabricación ilegal de paquetes de tabaco en Constantí y Sant Quirze del Vallès. El grupo internacional, de origen búlgaro, vendía el tabaco a diferentes países de la Unión Europea. Fabricaban paquetes de 13 marcas diferentes. La operación ha sido conjunta con la Agencia Tributaria y con el Ministerio del Interior de Bulgaria. Los detenidos transportaban el tabaco a granel desde este país. Hay 15 que son de nacionalidad ucraniana, dos búlgaros, tres españoles, un moldavo y un marroquí. Se han registrado nueve inmuebles. Más de 200 personas trabajaban para el líder de la organización en la construcción de viviendas.
La investigación empezó a mediados del 2017, cuando se tuvo constancia de la existencia de un grupo procedente de Bulgaria que se dedicaba al contrabando, cometiendo delitos contra la propiedad intelectual, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y contra la Hacienda Pública.
Las informaciones indicaban que miembros del grupo se desplazarían desde Bulgaria hasta España para establecer varias fábricas de elaboración de tabaco ilegal, para crear una red de distribución de este producto en el ámbito nacional e internacional. Llevaban el tabaco a granel desde el país búlgaro, sin pasar los pertinentes controles aduaneros, y utilizaban naves instaladas en el Estado para almacenar la picadura de tabaco y para el montaje de fábricas dedicadas a la transformación de cigarrillos.
Después las distribuían por países de la UE, principalmente Alemania, Reino Unido y España. Tanto la materia prima como la maquinaria procedía de Bulgaria, transportada por vía terrestre o marítima. El beneficio económico obtenido era blanqueado a través de un entramado de empresas instrumentales. Los detenidos también cometieron fraude en diferentes establecimientos con tarjetas de crédito.
Más de 200 personas trabajaban para el líder del grupo
La organización tenía tres naves industriales, dos en Sant Quirze del Vallès que se utilizaban como almacén, y una tercera en Constantí, donde estaba instalada la fábrica. Se trabajaba por campañas de pocos meses, lo que dificultó su localización.
Durante los dos años que duró la investigación, los agentes comprobaron que el líder del grupo estaba perfectamente asentado en el Estado y tenía una red de negocios legales dedicados a la construcción de viviendas, al transporte por carretera de todo tipo de mercancías y a la compra de empresas al extranjero. Tenía más de 200 trabajadores dedicados a la construcción de viviendas de lujo en España y en Bulgaria, además de camioneros de empresas nacionales e internacionales de logística.
También había comprado una empresa de transporte por carretera en Mali y mantenía negociaciones con ciudadanos de Sudáfrica con el objetivo de invertir allí.
Como tenía una actividad legal amplia, los investigadores tuvieron que hacer un trabajo muy minucioso por descifrar qué parte del negocio era legal y cuál no lo era. Por ejemplo, se utilizaban camiones de fruta dirigidos a Sevilla para transportar tabaco ilegal.
Además, utilizaban comunicaciones cifradas y tenían potentes inhibidores en sus desplazamientos, lo que denota la alta especialización del grupo.
El operativo se tradujo en nueve entradas y registros y 22 detenciones. Se desmantelaron dos centros de fabricación de paquetes de 13 marcas diferentes y se intervino material para la fabricación de cigarrillos, coches de alta gama, dinero en efectivo y abundante documentación.
Cuando se registró la fábrica clandestina se localizaron 14 ciudadanos ucranianos y uno procedente de Moldavia. El encargado era un ciudadano búlgaro. En Sabadell, Galicia y Sevilla se detuvieron tres camioneros que hacían distribución. Los agentes intervinieron un vehículo con 437.500 paquetes de tabaco de tres marcas diferentes.
Dentro de la nave de Constantí que se utilizaba como fábrica había otra estructura para insonorizar el ruido de las máquinas. También había una parte de vivienda formada por habitáculos para dormir y una zona común en cocina. El encargado vivía en un habitáculo separado.
Además de la nave principal, se localizó también otra instalación secundaria con maquinaria auxiliar para el tratamiento de la picadura y abundante material para producir tabaco para fumar en narguile.
Trabajadores incomunicados con el exterior
Durante la campaña los trabajadores vivían en la nave, con las puertas cerradas y sin ventanas, incomunicados con el exterior. Se les retiraban los teléfonos móviles y algunos de ellos incluso decían que no sabían ni en qué país estaban. Eran trabajadores introducidos por carretera procedentes de la Unión Europea en vuelos procedentes de Ucrania.
La capacidad de producción era tan importante que se falsificaban 13 marcas diferentes de cigarrillos con leyendas en castellano e inglés. También se falsificaba tabaco de pipa de agua y de xixa. Nunca se había desmantelado una fábrica que falsificara productos de tantas marcas. En un día podían completar una carga como la del camión intervenido en Sevilla.
El tabaco intervenido tenía un valor superior a los 6,5 MEUR, con un fraude de 5,1 millones. En eso se le tiene que sumar el valor de la maquinaria intervenida.
Los residuos se almacenaban en Sant Quirze del Vallès. Esta nave también guardaba material para empaquetar el tabaco. El producto se distribuía en camiones que se desplazaban hasta Galicia, Andalucía, Reino Unido y Alemania. Hacían cambios de remolque en zonas despobladas como medida de seguridad.
La investigación la ha dirigido el juzgado de instrucción número 5 de Sabadell.