Cornudella limitará el acceso en vehículo a Siurana en temporada alta

El pueblo de Siurana, en el Priorat, está de moda y eso lo demuestra cada año con una mayor afluencia de visitantes. El Ayuntamiento de Cornudella –municipio de donde depende esta pedanía–, previendo la progresiva saturación de vehículos, impulsó ahora hace cuatro años el arreglo de nuevos aparcamientos, con cerca de 250 plazas. Las nuevas zonas –donde ya se ha podido estacionar en los últimos meses, pero que contarán con reformas importantes– estarán operativas a partir de mediados de junio. Salvador Salvadó, alcalde de la localidad, ha explicado además que instalarán cartelería y habrá limitación de acceso de vehículos en temporada alta a la zona desde el inicio de la carretera desde Cornudella, la T-3225. «Siurana puede absorber a 500 personas, sin embargo, más, no», asegura Salvadó. Después de cuatro años, el proyecto de reforma de las zonas de aparcamiento se hará realidad. La empresa Disseny de Paviments i Obres SJB S.L., de Reus, se ha hecho cargo de un proyecto financiado por el Plan de Actuación Municipal (PAM) de la Diputació de Tarragona y que ha costado 100.000 euros. Todo, después de reuniones con vecinos y restauradores, que se han mostrado de acuerdo, según indica el alcalde, en el arreglo de los accesos al casco antiguo. Dentro del presupuesto también consta el alumbrado, con una iluminación de baja contaminación lumínica, que permitirá al visitante no tener problemas de visibilidad cuando salga del pueblo para ir a buscar su vehículo. También se instalarán papeleras ecológicas. La carretera, pues, «pasará a ser una calle más» y «todo se comunicará». Aparte, también estará habilitado para personas discapacitadas a fin de que todo el mundo pueda disfrutar de los paisajes de Siurana.

De momento todavía no se ha fijado el precio de la zona de aparcamiento regulado, que seguirá siendo de tierra. De todos modos, el alcalde recuerda que ya recientemente se pedía «la voluntad» para estacionar los vehículos en estas zonas habilitadas hace tiempo por los mismos vecinos y que se encuentran a unos 500 metros del pueblo.

«Todo lo estamos hablando todavía con la Diputació», asegura Salvadó. «Siurana es un culo de botella y gracias a la Diputació toda la carretera se ha ensanchado», añade. «En días de máxima afluencia se coordinará el acceso con Cornudella para decir que está completo», detalla. Será en este momento cuando no se pueda subir y será un vigilante quien vaya informando. Estos días el gobierno local y el ente provincial está llevando a cabo visitas de obra.

Nuevos proyectos

Aparte de la mejora de los aparcamientos antes de llegar a Siurana o el que hay junto al castillo, el Ayuntamiento también tiene previsto de cara al próximo mandato una zona exclusiva para vecinos, huéspedes del hotel y para los habitantes de las casas de campo. «Queremos que los habitantes no se tengan que desplazar y que se sientan cómodos», asegura Salvadó, que el 26 de mayo opta a la reelección. Otras obras en torno a Siurana serán la restauración del núcleo y de los servicios.

Otra pedanía de Cornudella de Montsant que también está pendiente de reformas es Albarca. «Haremos un aparcamiento arriba y ordenaremos la afluencia», asegura el alcalde, que advierte, sin embargo, que la cantidad de gente que visita Albarca es una tercera parte de la que puede pasar por Siurana.

Con una afluencia importante especialmente por Semana Santa, la primera quincena del mes de agosto y por el puente de la Constitución, Siurana, con cerca de cuarenta vecinos, cuenta con una media de más de un millar de turistas diarios. Lo que más les cautiva es el paisaje, pero también hay que se sienten atraídos por las numerosas actividades deportivas, tanto de montañismo como de escalada, que se pueden realizar.

La problemática de los accesos ha llegado hasta un punto en que hay coches que optan por estacionar en los arcenes de las carreteras, una imagen que vecinos y Ayuntamiento desde hace unos años intentan evitar. Este colapso vial afecta al mismo tiempo los vehículos de emergencias, que en ocasiones de máxima afluencia ven interrumpida su marcha.

Conquistada por los cristianos en 1153, después de caer Lérida y Tortosa, fue el último reducto en Cataluña del dominio morisco. Ubicada en lo alto de un risco de 737 metros de altura, empezó a sufrir despoblación en el siglo XIX hasta que en 1942 se oficializa su anexión a Cornudella. Unos años más tarde se inicia la construcción del pantano y se abre el acceso desde Cornudella y desde Prades.