Josep Poblet: «Constato el alto cumplimiento de las exigencias que nos hemos impuesto»

«Siempre hay hijos que quieres que queden vivos, no como presidente, sino como ciudadano», de esta manera, resumía ayer el presidente en funciones de la Diputació de Tarragona, Josep Poblet, su deseo que la tarea que empezó hace doce años continúe en la administración intercomarcal después de su marcha.

Josep Poblet aseguraba ayer que «todos los balances ya se han hecho» desde que anunció que dejaba la política como alcalde de Vila-seca y como presidente de la Diputació de Tarragona. No obstante, destacaba que, después de doce años al frente de la institución, dejaba una Diputació de Tarragona muy diferente de la que se encontró al llegar.

«Dejo tres programas de gobierno. Siempre se iniciaba el mandato con el discurso de investidura, pero he presentado tres programas de gobierno a lo largo de estos años que se han convertido en tres planes estratégicos –cómo hace la empresa privada– y constato el alto cumplimiento de las exigencias que nos hemos impuesto», apuntaba Josep Poblet durante el encuentro que mantuvo ayer con representantes de los medios de comunicación de toda la demarcación tarraconense en la Casa Joan Miret.

«Somos líderes en transparencia y hemos hecho camino con la excelencia, y no es algo intangible, es algo real», apuntaba para añadir que «la Diputació de Tarragona ha recibido el primer premio a la gestión pública que otorga el Ministerio de Administraciones Públicas» como muestra.

Poblet confesaba también que, para liderar la Diputació de Tarragona, ha seguido dos consejos. El primero se le regaló un amigo. «Me dijo que la institución era un barco que se tenía que tripular con suavidad porque es grande y lleno de cristalería y esta se podía romper con un viraje brusco», afirmaba. El segundo consejo, según Poblet, se lo ha hecho la historia «porque me ha enseñado que, en tiempo de dificultad, los planes que funcionan son los más audaces». Aunque Poblet decía que se desvinculará totalmente de la tarea política, dejaba los que él cree que son los tres retos de futuro a sus sucesores: combatir el despoblamiento de algunas zonas del territorio; conseguir la conectividad en términos de smart regiones y, por último, «convertirse en una verdadera región del conocimiento».