El Consell del Baix Camp inviste a Calatayud y renueva 16 de los 33 consejeros

Con los votos de ERC (11), Junts (9), PSC (6) y Ara (1), Joaquim Calatayud (Junts) fue reelegido ayer presidente del Consell Comarcal del Baix Camp y ocupará el cargo durante los primeros dos años del mandato 2019-2023 antes de cederlo, tal como está previsto, a la republicana Rosa Abelló. En su parlamento, el también alcalde de les Borges del Camp destacó la importancia del órgano que de nuevo encabeza y dijo «que los servicios son su gran razón de ser y tenemos que seguir trabajando para mejorar los diversos ámbitos de asistencia y apoyo». Avanzó, también, el inicio de los movimientos para trasladar la sede del Consell Comarcal, al qué «la Estación Enológica hace tiempo que se le ha quedado pequeña» y porque «antes de acabar la legislatura, finalizará el convenio con la Generalitat que nos permite estar». Cs (2), CUP (2) y PP (1) dieron apoyo a sus propios candidatos a la investidura, Débora García, Laia Muntas y David Chatelain respectivamente, en una votación que finalmente se produjo a mano alzada y no de manera secreta por acuerdo de todos excepto Cs.

En la sesión constitutiva del pleno celebrada ayer por la noche tomaron posesión 32 de los 33 nuevos consejeros. Hasta 16 de los electos se estrenarán este mandato. A ellos, el presidente del Consejo Comarcal les pidió que entren «con la mente abierta». Josep Rabascall, que no asistió a la convocatoria por encontrarse fuera, tomará posesión en el próximo pleno.

Las fórmulas utilizadas para jurar la Constitución fueron diversas y la mesa de edad –Josep Maria Puig y Laia Muntas- dio opción de «añadir alguna cosa» durante el trámite. En este apartado, algunos de los consejeros hicieron referencia a conceptos como «república catalana» o «presos y exiliados políticos». La cupaire Laia Muntas apuntó que «esta Constitución es una herencia del franquismo. No la he votado y menos mal». Y la socialista Carmina Pozuelo dijo que «por mis actos me conoceréis, no por mis palabras».

La consejera de Cs, Débora García, aprovechó el juramento para llevar a cabo un movimiento que ya había realizado en el Ayuntamiento de Reus durante la investidura del alcalde Carles Pellicer, y expuso que «se está incumpliendo el artículo 108.8 de la LOREG» y «requirió que el juramento se realice de nuevo» en los electos que considera que «habían vaciado la promesa» con el uso de conceptos independentistas. La secretaría optó por dejar el asunto, en caso de que Cs lo eleve, a manos de la Junta Electoral.

«Mi talante no variará»

Una vez investido presidente, Calatayud recordó que «el Consell Comarcal es un ente de servicios y que tiene como única razón de ser trabajar por nuestra comarca y, por lo tanto, mejorar la calidad de vida del conjunto de nuestra ciudadanía». «Seguro que no somos una administración perfecta pero somos una con mucha capacidad de gestión» añadió, y apuntó que «tenemos una comarca con un sentimiento de pertenencia profundo que da en el Consell Comarcal una personalidad fuerte». En estos dos años de presidencia, «no variará mi talante, que se basa al mantener un consenso y una unidad de trabajo en que han permitido a la institución llegar donde estamos hasta ahora», dijo Calatayud, y puso como ejemplo la creación del Banco de Tierras, «un elemento de dinamización del sector agrario y que ha generado sinergias con otros proyectos en el país».

Desde la CUP, Laia Muntas daba a los asistentes «la bienvenida a la perversidad hecha sistema e institución». «No estamos aquí gracias a las personas que nos han votado, sino en detrimento de las personas que no tienen voz y no tienen voto», añadía y decía que estas «llegan a unas 10.000 en la capital del Baix Camp». «Esta institución se dota del mecanismo que permite a los partidos designar personas para que puedan estar ahora ocupante sillas aquí» concluía.

Débora García (Cs), a su vez, apuntaba que «nuestra formación sostiene que la supresión de los consejos comarcales es necesaria porque supone actualmente la existencia de estructuras que son insostenibles y duplicidades administrativas».