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Judicial

El acusado del crimen de Riudecanyes niega los hechos

Dice que se limitó a defenderse de una pelea iniciada por la víctima y que esta «cayó dentro de mi maletero por accidente»

Momento en que el acusado del crimen de Riudecanyes declara, de espalda, durante el juicio en la Audiencia de Tarragona, con la presencia de una traductora.

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El acusado de matar a un hombre en las afueras de Riudecanyes ha negado los hechos y se ha justificado ante el juez alegando que se limitó a defenderse de una pelea que inició la misma víctima. Los hechos se remontan al 24 de marzo del 2018. El procesado, que ha declarado este jueves en el juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia de Tarragona, ha asegurado que aquel día los dos habían bebido mucho, que fueron juntos a la granja de cerdos donde él trabajaba, que allí empezaron a apalearse mutuamente y que la víctima, entre empujones, acabó en el maletero de su coche de forma «accidental». También ha dicho que posteriormente salió «corriendo» y que no supo nada más. La víctima murió apaleada y asfixiada. «No tenía ningún motivo para matarlo», ha manifestado al encausado, de origen rumano, si bien ha reconocido que se habían enfrentado en más de una ocasión por culpa de una mujer. El juicio queda visto para veredicto.

El acusado, Constantin B., y la víctima, Jordi M., de 42 años, se conocían y ya habían tenido enfrentamientos por esta mujer -que también ha testificado en el juicio-. El procesado ha asegurado que no le molestaba que la víctima saliera con su expareja y que ya empezaba a no importarle, si bien las acusaciones particulares y la fiscalía ven los celos como el móvil del crimen.

Según el relato del acusado, el encuentro con la víctima en un bar de Reus fue totalmente casual. A partir de aquí, los dos empezaron a beber numerosas cervezas. El investigado ha asegurado que después la víctima se avino a acompañarlo a la explotación porcina de Riudecanyes donde trabaja donde siguieron bebiendo y que, de repente, este lo agredió, cogiéndolo por el cuello.

«No podía casi ni respirar, yo no sé qué le pasó por la cabeza, hasta entonces todo había ido perfectamente, éramos amigos pero tampoco muy unidos, y entonces yo me defendí», ha argumentado el acusado. Las acusaciones particulares, sin embargo, han contrapuesto, en las conclusiones, el grave cuadro de lesiones que presentó la víctima con unos arañazos en los nudos de las manos del acusado.

«No tuve ni intención ni pensamiento de matarlo, sólo me defendía», ha insistido el procesado. Según él, la agresión se dio cuando salían de la caseta de la finca. A partir de aquí, el acusado ha asegurado que la víctima, entre empujones, acabó dentro de su maletero y que lo dejó dentro para evitar que, de vuelta con el coche hacia Reus, no lo golpeara mientras conducía.

El acusado ha reconocido estar «borracho» y «enfadado», pero que «no perdió la cabeza» que sabía y recuerda perfectamente lo que hizo, «sin lagunas», y que no tenía «nada pensado ni planeado». Ha argumentado que se equivocó de camino, aproximándose a la riera donde, según dice, chocó contra un muro. A partir de aquí ha relatado que, al abrir el maletero, para su sorpresa, la víctima salió «corriendo».

A preguntas de las partes, el encausado ha insistido en que estaba vivo la última vez que lo vio y ha negado reiteradamente que lo hubiera querido matar y que lo asfixiara al sacarlo del maletero, al comprobar que todavía seguía con vida. Por el contrario, ha dicho que sacó un gato para arreglar el coche y que llamó a su jefe, a quién le restó importancia de los hechos ocurridos para «no perder su confianza».

La fiscalía mantiene la pena de 25 años de prisión y la defensa, la absolución

La fiscalía y las acusaciones particulares -que representan por una parte los hijos y de la otra, la madre de la víctima-consideran probado el asesinato por asfixia y mantienen la petición de 25 años de prisión para el acusado, mientras la defensa pide la absolución. El letrado de la defensa dice que su cliente fue partícipe de «una borrachera que se fue de las manos», pero en ningún caso es responsable del crimen.

Después de cuatro días de juicio, el próximo lunes se entregará el objeto del veredicto al jurado popular que tendrá que valorar los hechos expuestos. En su último turno de intervención, el acusado, con voz temblona, ha lamentado el día de los hechos y el día que conoció a aquella mujer «que me ha arruinado la vida y que sólo me ha dado problemas».

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