Judicial
«Cambio de criterio» de la Fiscalía para el profesor de Roda que acumula siete denuncias por supuestos abusos
La jueza del Vendrel que lleva el caso considera que el Ministerio Público ahora pide medidas cautelares por la «presión mediática»
Un juzgado del Vendrell acumula las siete denuncias interpuestas contra un profesor de Roda de Berà (Tarragonès) por supuestos abusos a menores de entre 11 y 13 años. La última denuncia es de mayo de este 2019 y al hombre se lo ha llegado a detener hasta en tres ocasiones. En todos los casos se ha decretado su libertad sin fianza, con medidas cautelares, que son básicamente comparecencias en sede judicial, pero no órdenes de alejamiento ni tampoco que el profesor tenga que dejar de impartir clases a la academia de repaso. La titular del juzgado de primera instancia e Instrucción número 4 del Vendrell, que concentra todos los casos denunciados hasta ahora, ha emitido un auto donde recoge que la Fiscalía en ningún momento había solicitado ingreso en la prisión ni ninguna otra medida cautelar sobre él.
En medio del alboroto por el hecho que este profesor de Roda de Berà investigado por supuestos abusos a menores siga en activo, el auto judicial, con fecha del 17 de julio, deja claro que este juzgado es el que concentra todas las denuncias hasta ahora presentadas contra el maestro, el cual finalmente ha decidido dejar de dar clases, dispone de una baja médica y cerrará a la academia el día 31 de este mes de julio, según el auto.
La jueza pone orden a las causas abiertas que ha habido hasta ahora contra este profesor, con un total de siete menores que serían víctimas de abusos, entre los años 2013 y 2018. Inicialmente, un juzgado de Tarragona investigaba una denuncia que afectaba a cinco menores de edad. El profesor fue detenido y puesto en libertad. Dado que los casos se situaban en Roda de Berà, la causa se inhibió en un juzgado del Vendrell en febrero del 2018.
El juzgado de instrucción número 6 de Tarragona volvió a recibir otra denuncia de otra posible menor víctima de abusos por parte del mismo profesor que también se inhibió en el juzgado 4 del Vendrell, dado que tenía las diligencias abiertas. El último caso se denunció esta Semana Santa. Según las menores, el investigado, mientras daba clase, los habría tocado sus partes íntimas, en concreto los pechos y genitales por encima de la ropa.
Tocamientos en repaso
En la primera denuncia, de septiembre del 2014, la niña alegó en sede policial que el profesor se acercaba mucho, se ponía detrás y le ponía una mano sobre el pecho, una acción que era «habitual» tanto hacia ella como otros menores que iban a la academia. También relata que durante la época de Navidad del 2014, estando sola en clase, el investigado volvió a hacer lo mismo y ella acabó saliendo corriendo.
Una segunda menor expone que en su caso los hechos se dieron el año 2013 y que el investigado la «recompensaba» con besos y abrazos si hacía bien los ejercicios, y aprovechaba para tocarle los pechos. Otra menor asegura que, durante el curso 2015/2016, el hombre a menudo se le ponía detrás y le tocaba los pechos. Otra niña dice haber sufrido unos hechos similares y que a los pocos días ya no quiso volver a la academia.
Sin riesgo de fuga
Queda pendiente, sin embargo, hacer la exploración a las dos últimas menores denunciantes y practicar varias diligencias. El investigado se acogió inicialmente, en sus tres detenciones, a su derecho a no declarar. Según el auto, el hombre niega rotundamente los hechos que se le imputan. La jueza tampoco ve riesgo de fuga del investigado. «Ha justificado su arraigo en el municipio y la integración en un entorno familiar estable», recoge la intercolutòria.
La jueza reprocha el «cambio de criterio» a última hora de fiscalía y que ahora reclame medidas cautelares para que el profesor no pueda seguir ejerciendo, como prisión preventiva y la prohibición de acercarse o contactar con unas menores. En este toque de atención, la jueza lanza que se argumente un «nuevo hecho de relevancia para el proceso», pero opina que el Ministerio Fiscal podría haberse dejado «arrastrar» por la «marea de la presión mediática».