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Arquitectura

Cala Viña, un oasis de valor protegido

Los vecinos de este complejo de alto valor arquitectónico de Salou rendirán homenaje a su antiguo presidente

La piscina de Cala Viña, este mismo lunes.

Cala Viña, un oasis de valor protegidoOlívia Molet

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Los apartamentos Cala Viña de Salou están de celebración. Este próximo viernes 2 de agosto harán la inauguración oficial de su piscina y un homenaje a Josep Serra, quien fue presidente de la comunidad durante dieciocho años y principal artífice de la lucha de la comunidad para hacerla posible.

Los apartamentos Cala Viña se construyeron entre 1961 y 1962 y forman un conjunto de quince bloques, de seis viviendas cada uno. Fueron proyectados por Antonio Bonet con la colaboración de Josep Puig i Torné, y su imagen está basada en las casas Citrohan de Le Corbusier. Por todo eso, la edificación está protegida por el Ayuntamiento de Salou, y es uno de los edificios emblemáticos de la localidad.

En una segunda fase se construyó junto a las viviendas el también emblemático Hotel Cala Viña. Después de unos años, el establecimiento cerró. Hotel y apartamentos compartían una piscina y un espacio que quedaron abandonados.

Este ha sido precisamente el objeto de disputa entre la comunidad y los antiguos propietarios del hotel: «Querían quedarse la zona del parking y de la piscina y que los vecinos de los apartamentos no tuviéramos ningún derecho», explica Ricardo Serra. Fue su padre, Josep Serra, quien decidió plantar cara a las pretensiones de los responsables del establecimiento y luchar con todas las herramientas jurídicas disponibles para conseguir lo que los vecinos consideraban que tenía que ser suyo. El antiguo presidente murió el año pasado, después de muchos años de juicios y pleitos y habiendo dedicado muchas horas a la defensa del bien comunitario. Como resultado, los vecinos de Cala Viña consiguieron que la zona del parking fuera de la comunidad. Además, acordaron con los nuevos propietarios del hotel dividir el espacio en dos, de manera que cada uno pudiera tener una piscina.

Y es esta piscina la que se inaugurará de manera oficial el próximo día 2, y es por todo eso que también se rendirá un pequeño homenaje al señor Josep Serra, que desgraciadamente no habrá podido ver el fruto de su incansable lucha.

Este nuevo equipamiento dará servicio a los noventa propietarios del complejo residencial. Cala Viñas, explica Ricardo Serra, siempre ha sido una comunidad de perfil «familiar», que ha visto cómo, poco a poco, lo que nació siendo un destino vacacional, se ha acabado convirtiendo en residencia de todo el año para casi la mitad de sus propietarios. Todos los apartamentos de Cala Viña son de un solo dormitorio, están orientados al sur, con vistas al mar, y tienen una superficie de unos sesenta metros cuadrados. «Eso es un oasis, a pesar de estar en Salou, se está muy tranquilo», admite Ricardo, que hasta hace unos años vivía en Barcelona y ahora ya reside de manera permanente en Salou.

El día de la inauguración de la nueva piscina leerá unas palabras en recuerdo de su padre, quien, asegura, «ha sido el gran artífice de todo, porque los antiguos propietarios del hotel iban a por todas. Sin su lucha, todo habría sido muy diferente».

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