Atentados Barcelona y Cambrils
Los Mossos ven «muy buena» la colaboración con el Estado antes y después del 17-A
«No tenemos constancia que se ocultara ninguna información a los Mossos», ha subrayado Eduard Sallent
El comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent, ha destacado hoy que «antes, durante y después» del 17-A la colaboración de la policía catalana con CNI, Policía Nacional y Guardia Civil fue «muy buena» y ha asegurado que no tiene constancia de que se les ocultara información.
Así lo ha indicado Sallent en una entrevista con Efe, la víspera del segundo aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils perpetrados por una célula de Ripoll (Girona), en los que murieron 16 personas y 137 resultaron heridas.
«No tenemos constancia de que se ocultase ninguna información a los Mossos», ha subrayado el comisario jefe, que ha dejado claro que la colaboración en materia de información y antiterrorismo entre la policía autonómica, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Policía Nacional y la Guardia Civil «era, fue y es buena».
Sallent, que cuando se produjeron los atentados ejercía en la Comisaría de Información de los Mossos, ha descartado que hubiese interferencias políticas que dañaran la «buena relación» entre los distintos cuerpos policiales y con el CNI: «no he visto nunca una intervención política en mi trabajo».
«Yo no he tenido nunca personalmente la sensación de que nadie me haya escondido información. Con las reservas que esto pueda tener, cuando yo he mantenido una relación, tanto con el CNI como con la Policía Nacional o la Guardia Civil, siempre ha sido franca y mutua», ha insistido Sallent, que ha dicho que no ha apreciado ningún «oscurantismo».
«En materia antiterrorista, la seguridad de las personas pasa por encima de cualquier elemento, no estamos discutiendo si esto es mío o tuyo», ha sostenido Sallent, que ha precisado que aunque los Mossos no se incorporaron al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) hasta 2018, la información ya fluía cuando se produjeron los atentados en 2017.
Preguntado por si se intentó desprestigiar a los Mossos a raíz de su gestión de los atentados, Sallent ha afirmado que le «desagradan enormemente» estas «dinámicas» y que no quiere entrar en ellas ni abundar sobre el tema.
De las teorías sobre la relación del imán de Ripoll y el CNI en los atentados del 17-A, cometidos a pocas semanas del referéndum del 1-O, Sallent ha insistido en que todas estas «hipótesis» requieren una «constatación factual» y la aportación de «pruebas fehacientes» y que, en sus diligencias y atestados, los Mossos «no han detectado elementos alrededor de esta cuestión».
«Los Mossos tienen claro cómo se produjo el atentado, ya que hemos llevado la investigación. Hemos acumulado pruebas que demuestran que es una célula de Ripoll la que planifica el atentado y ejecuta acciones terroristas como consecuencia de la explosión no esperada en Alcanar», ha asegurado.
Para Sallent, la responsabilidad en la planificación y ejecución de los atentados recae en los miembros de la célula: «Esto es lo que nosotros tenemos clarísimo. Lo demás son cuestiones que ni quedan acreditadas en la investigación ni nosotros tenemos ningún tipo de conocimiento sobre ello ni creemos que tengamos que entrar en estos debates que tienen un talante más periodístico o institucional, pero que no corresponden a los Mossos», ha agregado.
Según Sallent, se produjo un proceso de radicalización muy rápido en hermanos de tres familias de Ripoll, junto al imán Abdelbaki Es Satty, que durante el ramadán de 2017 tomaron la decisión de matar, en un contexto de «mucha exaltación del yihadismo global», con trece atentados en 2017 en occidente.
Tras dos años de investigación, los Mossos han concluido que los terroristas integraban un modelo de célula «absolutamente nuevo» en el panorama europeo, ya que sus integrantes, plenamente arraigados, no tenían antecedentes -un síntoma común hasta entonces- ni habían viajado a países en conflicto ni habían intentado ni siquiera desplazarse a zonas de combate.
La célula funcionaba como un «endogrupo», con tres familias que vivían en bloques vecinos de Ripoll, con niveles jerárquicos dependiendo de la edad de sus miembros y con una «alta capacidad» para ser letales, hasta el punto de que la casa de Alcanar que saltó por los aires la víspera de los atentados era el «laboratorio más importante de fabricación de explosivo» detectado en occidente.
Sallent ha anunciado que los Mossos están trabajando para ampliar los programas para detectar la radicalización, actualmente centralizado en escuelas, cárceles y en la colaboración con policías locales, en ámbitos como el de la protección de jóvenes y de trabajadores sociales.
Los Mossos están ahora «sin duda» más preparados para afrontar un atentado, ha indicado Sallent, que ha destacado que el mayor Josep Lluis Trapero, pendiente de juicio por rebelión por el 1-O, dirigió «muy bien» el dispositivo.
El jefe de los Mossos sigue considerando «fundamental» la colaboración ciudadana, clave en materia de prevención y que fue determinante tras los atentados, ya que por ejemplo permitió localizar el 21 de agosto al terrorista de las Ramblas Youness Abouyaaqoub en Subirats (Barcelona).