Cooperación
Una decena de niños saharauis se alojan durante agosto en el albergue de Altafulla en una prueba piloto
470 niños y niñas de los campamentos de refugiados de Tindouf pasan el verano en poblaciones de toda Cataluña
El programa Vacances en pau, que ofrece a las familias catalanas la posibilidad de acoger niños saharauis de los campamentos de refugiados de Tindouf, en Argelia, ha traído este verano a Cataluña a 470 niños y niñas. Después de constatar que el número de familias acogedoras está tocando techo, este año se ha emprendido una prueba piloto que ha permitido alojar a una decena de niños en el Alberg Casa Gran de Altafulla, donde han podido disfrutar de unas colonias de verano. Este formado pionero de alojamiento ha sido todo un éxito y ya se trabaja para extender la iniciativa el próximo año y para poder traer a Cataluña a más niños. El Ayuntamiento de Altafulla ha recibido este viernes los diez niños y niñas que pasan el agosto en el municipio y los ha obsequiado con mochilas, abrigos y material escolar.
La estancia se enmarca dentro del programa Vacances en Pau, un proyecto conjunto de la Delegació del Front Polisario Catalunyay del movimiento solidario con el Pueblo Saharaui. A pesar de que hasta ahora el programa solo ofrecía la acogida en familias, en Altafulla se ha adaptado un formato pionero que se basa en la estancia en el albergue del municipio. A raíz de un convenio establecido con la Agència Catalana de Joventut de la Generalitat, los menores disfrutan de unas colonias de verano en el municipio acompañados de varios monitores, la mayoría proveniente de la Associació Juvenil Sàhara Dempeus, que también trabaja para dar visibilidad en la causa.
Los diez niños y niñas llegaron a la población el 1 de agosto y volverán hacia Argelia entre lunes y el próximo martes. Previamente, este grupo disfrutó en julio de una estancia de diez días al Alberg Santa Maria de Mar de Coma-ruga, en el Vendrell, en el marco del programa L’Estiu és teu!.
El representante Saharaui en Cataluña,MahIahdih, ha explicado que uno de los motivos que los ha llevado a explorar el nuevo modelo es el hecho que «el techo» de familias catalanas que se prestan a acoger niños es de unas 450. «Nuestra idea es ampliar la cantidad de niños que vienen y, si podemos alojarlos en los albergues, podríamos acoger más», explica. De entrada, el objetivo es poder alojar una cincuentena de niños con esta modalidad.
Iahdihha señalado que la experiencia pionera de Altafulla ha sido «muy interesante y fructífera». «Lo queríamos probar porque encontramos interesante que puedan participar más niños, que pueda estar juntos y hacer actividades conjuntas», ha detallado. El representante Saharaui en Cataluña ha explicado que, además de poder ofrecerles actividades de ocio y culturales durante las vacaciones, el programa prevé que se les puedan hacer revisiones sanitarias. «Además, también los sacamos del calor asfixiante del desierto, que ahora es de unos 50 grados, y que se mezclen con otra cultura», ha explicadoIahdih.
De su banda, elcoalcaldede Altafulla, JordiMolinera, se ha mostrado «muy satisfecho con la experiencia, y contento de participar y ayudar en cuanto sea posible para que estos niños se hayan sentido como en su casa este mes de agosto en Altafulla». Molinera ha planteado la posibilidad de cara en verano próxima de trabajar en una doble modalidad de acogida al municipio –en el albergue y en familias de acogida.
Durante su estancia en Altafulla, este grupo de diez niños ha disfrutado de varias actividades lúdicas y culturales. El consistorio ha puesto a su disposición las instalaciones de la Piscina Municipal y el servicio de trenecito turístico, y este viernes por la mañana durante la recepción al Ayuntamiento los ha obsequiado con una mochila, material escolar, y un anorak.
Según ha apuntado la coordinadora del programa Vacances en Pau, SusanaSanahujes, los niños y niñas, de entre diez y trece años, provienen de los campos de refugiados enclavados en Tindouf, una ciudad del sur oeste deArgèlia, a tocar de la frontera con el Sáhara Occidental.
Algunos de ellos es la primera vez que vienen a Cataluña, pero hay otros que ya han venido hasta cuatro veces. «Nos lo pasamos muy bien porque vamos a la piscina y a la playa, y jugamos. Nos gusta más estarnos en el albergue porque podemos estar con otros niños saharauis», han explicadoMulaiBrahimyAbdallahMuhammedSaleh, dos niños saharauis de trece años.
Miles de refugiados
Desde la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid en 1975 y el inmediato reparto del Sáhara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania, alrededor de 184.000 saharauis viven organizados en campamentos, en la llamadaHammada, un desierto inhóspito situado en la región argelina deTindouf. Allá, las condiciones de vida son extremadamente duras, y esta difícil realidad cotidiana se ve agravada durante los meses de calor, cuando las condiciones climatológicas son extremas.
El representante Saharaui,MahIahdih, ha alertado de la situación de su pueblo. «Después de 43 años de abandono por parte del estado español, el conflicto lleva enquistado. Es un caso de descolonización inconclusa de manual. España abandonó el Sáhara de forma ilegal el 1976 y el Reino del Marruecos ocupa buena parte del territorio. Después de la guerra, el plan de paz no se ha traducido en la descolonización y en el proceso de autodeterminación que estaba previsto, y en este periodo de punto muerto continúa habiendo refugiados en campamentos y personas en los que se los vulneran los derechos», ha denunciado.