Sucesos
El conductor kamikaze detenido en Cambrils denuncia a ocho mossos por supuestas lesiones
La Audiencia de Tarragona permite al hombre salir de la prisión bajo fianza de 7.000 euros
El conductor que el 10 de agosto circuló 36 kilómetros contra dirección por la AP-7 hasta que chocó contra una barrera de vehículos policiales a la altura de Cambrils ha denunciado ocho mossos que participaron en su detención por los supuestos delitos de lesiones y contra la integridad moral. Según recoge la denuncia a que ha tenido acceso ACN y que ha sido admitida a trámite por un juzgado de Reus, los agentes le habrían propinado puñetazos y patadas, y le habrían ajustado con fuerza las esposas para vejarlo. Por el contrario, el atestado policial sostiene que el hombre opuso mucha resistencia, que estaba «muy agresivo y exaltado», y que se intentó autolesionar. Mientras tanto, la Audiencia de Tarragona ha acordado que el hombre pueda salir de la prisión bajo fianza de 7.000 euros.
El escrito de denuncia, firmado por el abogado Joaquim Fibla Valls, explica que el hombre vive en Italia y que la madrugada del 10 de agosto se dirigía con una amiga hacia Marruecos a visitar a la familia y a celebrar la fiesta del cordero. El hombre asegura que, hacia las tres de la madrugada, conducía por la AP-7 a la altura de Tarragona cuando observó que lo perseguían tres vehículos.
El hombre afirma que, al cabo de unos kilómetros, estos vehículos le bloquearon el paso y que, atemorizado por la situación, dio media vuelta y empezó a circular contra dirección. Su objetivo, asegura, era llamar la atención de las cámaras de la autopista para pedir ayuda a la policía –sostiene que en Italia, en el mismo supuesto, aparece la policía al auxilio.
Cuando ya circulaba de forma antirreglamentaria el hombre explica que confundió el vehículo de los Mossos d'Esquadra que lo perseguía -no logotipado- con unos ladrones y que, debido a los nervios y al miedo que sentía, no pudo frenar a tiempo e impactó contra la barrera de vehículos que la policía había montado a la altura de Cambrils.
La versión del hombre es que ocho agentes de los Mossos se dirigieron hacia el coche, le cortaron el cinturón con un cuchillo y lo sacaron del vehículo «propinándole puñetazos y patadas, incluso pisándole la cabeza contra el suelo, excediendo de la mínima fuerza indispensable para reducirlo y ocasionándole graves lesiones, por las cuales estuvo ingresado en el hospital durante doce días –del 10 al 22 de agosto.
Según el abogado Joaquim Fibla, «de las lesiones producidas por los puñetazos y patadas propinadas por los agentes actuantes, más las cicatrices producidas por apretarle excesivamente las esposas con ánimos de vejarlo una vez ya detenido e inmovilizado, se desprende claramente una conducta dolosa y desproporcionada».
Los Mossos dicen que estaba muy agresivo y que quería hacerse daño
Por su parte, el atestado de los Mossos d'Esquadra recopila que el 112 recibió 24 llamadas de usuarios de la autopista informando de que un vehículo circulaba contra dirección. La policía afirma que fue durante más de 30 kilómetros a unos 150 km/h y que provocó «situaciones de riesgo elevado», así como varios accidentes leves. Incluso intentó echar fuera de la carretera un vehículo policial que lo seguía y donde «vio claramente los agentes uniformados», según los Mossos.
Los agentes actuantes dejaron constancia que el hombre en todo momento se resistió a ser detenido y mostró un comportamiento «muy agresivo y de gran exaltación», con síntomas de haber consumido drogas –dio positivo en cocaína. Según detalla el atestado, lo detuvieron cuando intentaba huir corriendo y cayó por el margen derecho de la vía. Además, mientras lo conducían hacia dependencias policiales, los Mossos aseguran que empezó a golpearse contra el cristal y la mampara -que sacó de la guía- y que intentó salir del coche en marcha.
Ante esta situación, la patrulla tuvo que parar el vehículo, reducirlo e inmovilizarlo «para evitar que se autolesionara» y porque empezó a abordar contra los agentes «con la intención de hacerles daño y zafarse». Dos dotaciones del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) acudieron hasta el lugar para sedarlo y lo trasladaron a un centro hospitalario.
Los agentes que interactuaron con él explicaron que, después de impactar contra la barrera policial, el hombre se encontraba sentado en el asiento con los ojos muy abiertos y la mirada perdida. Los mossos aseguran que mostró una actitud nerviosa y desafiante, agresiva, profiriendo gritos y «cosas sin sentido», y gesticulando con los brazos.
El hombre quedó arrestado por los supuestos delitos de conducción temeraria, atentado a agentes de la autoridad y daños. Dentro del coche la policía encontró 12.750 euros en billetes -1.000 en el bolso de mano de la mujer y el resto escondidos en un calcetín en el techo solar-, una cuarentena de teléfonos móviles, varios portátiles y otros aparatos electrónicos. Todo el material quedó intervenido con el fin de acreditar la procedencia.
La mujer que viajaba de acompañante en el vehículo aseguró que el dinero era suyos y, a su vez, el hombre manifestó en el juzgado que se dedicaba a la compraventa de teléfonos móviles y portátiles en mercados de antigüedades. Ninguno de los aparatos constaba como sustraído en la base de datos de los Mossos d'Esquadra.
El hombre podrá salir de la prisión bajo fianza de 7.000 euros
El 23 de agosto el juzgado de instrucción número 2 de Reus decretó prisión provisional sin fianza para el hombre. La defensa presentó un recurso y el jueves pasado se hizo una vista en la Audiencia de Tarragona. El tribunal dio la razón a la defensa y dijo que el riesgo de fuga que había esgrimido al juzgado se habría tenido que apreciar de forma más reducida por el arraigo social y laboral que el hombre tiene en Italia.
Según la resolución de la Audiencia, el hombre vive en Italia, donde recientemente ha adquirido una vivienda, tiene contrato de trabajo, está afiliado a la Seguridad Social y ha aportado nóminas recientes que acreditan ingresos mensuales. Por este motivo, la Audiencia aceptó que el hombre pudiera salir de la prisión a cambio de pagar una fianza de 7.000 euros –un importe que su familia está reuniendo.
Como medidas cautelares, tendrá que comparecer el día 1 de cada mes en sede judicial, tendrá que entregar el pasaporte y no podrá salir del territorio Schengen. En caso de que quiera volver a Italia, el tribunal argumenta que, en base a los acuerdos entre los estados miembros de la Unión Europea, las autoridades judiciales de aquel país tendrán que asumir el control y el cumplimiento de las medidas, y el juzgado de instrucción tendrá que instar a su vigilancia.