Protesta
Los vecinos del Baix Gaià siguen presionando a la espera de una solución
El subdelegado Joan Sabaté les trasladará una propuesta a finales de mes para evitar que se incremente la problemática
La plataforma Reobrint Rotonda y la asociación de vecinos de Brises del Mar reeditaron ayer un domingo más sus protestas. En la rotonda bautizada como «plaza Fèlix Alonso» –el anterior alcalde de Altafulla y exdiputado de En Comú Podem, que avaló la instalación de los new jerseys que impiden circular por la rotonda entera–, este lugar volvió a ser punto de encuentro durante una hora de corte. A causa de este, se registró una cola de hasta tres kilómetros en la N-340. Recientemente, la plataforma –que agrupa vecinos de varios municipios del Baix Gaià afectados por el cambio de circulación dictado hace más de un año y que tenía que ser provisional– se reunió con el gobierno de Altafulla y tamb el subdelegado del gobierno español. Joan Sabaté manifestó que «a finales de mes» les responderían la demanda de la reapertura con una posible solución y que tendrá que ser consultada antes con la dirección territorial de carreteras de la Generalitat.
Jeremy Cobacho, portavoz de los vecinos, explica que «nos dicen que están trabajando» y que «a finales de mes habrá una nueva reunión con el subdelegado». En el anterior encuentro, los vecinos plantearon como solución cambiar el sistema informático a fin de que no hubiera que salir de la AP-7 para beneficiarse de la gratuidad de la autopista entre Torredembarra y Salou. Muchos vehículos, especialmente camiones –obligados a circular por la vía de pago– salen del peaje para volver a entrar. Por este motivo, el gobierno español instaló new jerseys y obligó los vehículos a coger la N-340 en dirección sur. «Eso se puede arreglar con un cambio en el sistema informático de los teletac, que no haga falta entrar y salir», dice Cobacho. Ahora, asegura, son cerca de 25.000 camiones los que pasan por este punto entre los términos municipales de Altafulla y de Torredembarra. Con la gratuidad prevista para a partir de enero entre Tarragona y Alicante por la AP-7, temen que el volumen de camiones que den la vuelta por el término sean «unos 60.000».
Desde el pasado mes de junio, los vecinos afectados han convocado un total de 24 cortes en este punto vial. Todo, para reabrir una rotonda que el 11 de julio de 2018 dejó de serlo por decisión del Ministerio de Fomento español. La voluntad de las autoridades era pacificar el tráfico de camiones, pero de esta manera se cortaron las comunicaciones más ágiles que había hasta entonces entre el interior de la comarca y el litoral. Trayectos que anteriormente suponían cinco minutos ahora representan media hora. Era una solución «provisional» hasta que no hubiera una variante del tramo nuevo del A-7 –una variante que no se prevé que sea una realidad en los próximos seis o siete años. Los vecinos, hartones de enviar cartas y que no hubiera ningún cambio de rumbo en las políticas de movilidad, iniciaron los cortes.