La comunidad de regantes de Valls, a la espera de obras ocho años después

La comunidad de regantes de Valls hace ya ocho años que ve cómo las obras de la acequia de la zona de huertas están paradas. Joan Nadal, portavoz, explicó ayer que están «preocupados» porque a pesar de la promesa de la Generalitat de ejecutar la segunda fase de las obras, desde el mes de mayo no ha habido cambios. El Ayuntamiento de Valls, que atribuye toda la responsabilidad al gobierno español, se añade también a esta preocupación.

«Nosotros hemos intentado hacer siempre el que hemos podido», aseguran. El escollo principal, dejar de declarar la obra como «interés nacional» y que el gobierno autonómico se pueda hacer cargo de las obras. Sólo este paso, que tiene que ser aprobado por el ejecutivo central –sometido ahora a un proceso electoral–, es el que impide que se hayan cumplido los ocho años desde que la obra se inició.

Fue el pasado 16 de mayo cuando la consellera de Agricultura, Teresa Jordà, anunció un acuerdo entre la Generalitat y el Ministerio para desencallarlo mediante la firma de un convenio. Desde la plaza Sant Jaume se gastarían 4,5 millones de euros en un plazo de dos años. Estas obras se decretaron de interés general el año 2001 y el Estado sólo ejecutó la primera fase, pero quedó pendiente la segunda fase en que también tenía que hacer el Ministerio.

El teniente de alcalde Martí Barberà explicaba ayer que «muchos campesinos que habían invertido dinero por|para un regadío se encuentran todavía con acequias tradicionales y haciendo mantenimiento de acequias tradicionales».

En total, están cerca de 470 hectáreas de más de 400 familias, algunas de las cuales cuentan con más de una finca. Los regantes tenían que asumir el 10,5% de la obra –inicialmente prevista entre 2011 y 2014– y la primera fase fue de 4,4 millones de euros.

Moneda de cambio

El «oír general» de la comunidad de regantes es que el Estado está utilizando a los regantes vallenses como «moneda de cambio» en el marco de la crisis política entre Madrid y Barcelona.

«Se ponen todos los problemas posibles a la Generalitat», apunta a Joan Nadal, ya que «Infraestructuras.cat no tiene permiso de Madrid» para poner en marcha las obras. «En los últimos tiempos se tiene que reconocer que la Generalitat se ha puesto las pilas», dice el portavoz de la comunidad, que apunta también que en dos ocasiones en estos últimos meses ha hablado con la diputada vallense Rosa Maria Ibarra, todavía sin respuesta satisfactoria.