Medio Ambiente
Las tortugas repueblan el Montsant
5.000 tortugas mediterráneas han sido reintroducidas en un proyecto de conservación de esta especie
La tortuga mediterránea (Testudo hermanni hermanni ) es una especie de tortuga terrestre gravemente amenazada de extinción, a causa de la destrucción de su hábitat por causas como los incendios forestales, por la amenaza de algunas especies de mamíferos, como el jabalí, o la por captura por parte de particulares.
En la actualidad, su distribución geográfica en Cataluña está focalizada en cinco espacios naturales protegidos. Uno de estos es el Parc Natural de la Serra de Montsant, donde desde el 2005 la Generalitat de Catalunya está llevando a término un proyecto de reintroducción a través del Centre de Recuperació d’Amfibis i Rèptils de Catalunya (CRARC). Desde entonces, se han ha reintroducido en el medio un total de 5.400 individuos.
La tortuga mediterránea es una especie históricamente ligada a este territorio. Hay evidencias documentadas de su presencia en el yacimiento neolítico del Abric del Filador, en Margalef de Montsant, cerca del río Montsant. Según detalla Joquim Soler, director técnico del CRARC, los hallazgos fósiles nos aportan indicios que, a principios del Neolítico, las tortuges eran objeto de alimento por los pobladores itinerantes de la zona, que cazaban cerca del río y aprovechaban todos los recursos, entre los cuales esta tortuga del suelo.
En el ParcNatural de la Serra de Montsant, añade Soler, este animal encuentra el hábitat que necesita, «de matorrales, encina y vegetación abierta, con valles|fosos que tienen presencia de agua, o cerca del río». A pesar de ser animales terrestres, detalla, acostumbran a estar cerca del agua, no sólo para beber, sino también porque las hierbas son más frescos.
Con la voluntad de hacer difusión sobre la problemática de la tortuga mediterránea y al mismo tiempo dar a conocer el proyecto de conservación, el CRARC ha organizado este pasado sábado una salida naturalista por Margalef, durante la cual se han llevado a cabo varias actividades para conocer la especie, entre las cuales la liberación de algunos ejemplares. «El mensaje clave que queremos dar es que la tortuga mediterránea es un animal salvaje y, por lo tanto, tiene que vivir en libertad. Esta es una idea que todos tenemos que tener bien clara», insiste el director técnico del CRARC. En este punto es importante recordar que la tortuga mediterránea es una especie protegida por la ley de protección de los animales de 1988 y su tenencia en cautividad está prohibida.
La actividad de este sábado se ha programado de manera que se hiciera poco antes de que las tortugas empiecen la hibernación. Dentro de dos o tres semanas, con la llegada de los primeros fríos, dejarán de comer y pasarán tres o cuatro meses sólo durmiendo, hasta que, con la llegada de la primavera, vuelvan a salir de sus guaridas. A partir del mes de marzo iniciarán el ciclo de apareamiento, con la posterior posta e incubación, que culminará a mediados del mes de julio con la eclosión de los huevos.