El propietario del restaurante El Molí del Mallol de Montblanc: “Tardaremos días a recuperar la normalidad”

El restaurante El Molí del Mallol de Montblanc tiene toda la planta de almacén completamente destrozada. Utilizan un camión frigorífico para guardar la comida.

Este restaurante, junto al Pont Vell, es uno de los establecimientos con más destrozos de la villa. Un perito ha estado este lunes en el local para evaluar unos daños de una magnitud económica todavía para cuantificar. Los propietarios estiman que las pérdidas pueden superar fácilmente los 100.000 euros.

En el otro lado del puente el escenario también es desolador. Un viejo anticuario lo ha perdido todo. Hay una quincena de negocios y casas todavía afectadas, algunas de las cuales inhabitables. «Fue un milagro que no hiciera más daño, tardaremos días a recuperar la normalidad», explica el propietario del restaurante, Antón Tarrats, en una entrevista en el ACN.

La cámara frigorífica, el congelador, aparatos de refrigeración, el generador y cuadros de luz, completamente destrozados.

Los trabajadores se apresuran a vaciar de material estropeado y la suciedad de los 250 metros cuadrados de almacén. Se inundó de agua, barro y troncos -algunos de hasta tres metros-. A pesar de todo, el restaurante ha podido mantener prácticamente toda su actividad, incluidas dos celebraciones de bodas este sábado pasado.

Anton Tarrats dice que los daños materiales, a pesar de ser muy importantes, son reparables y califica de «milagro» que la noche del temporal ningún trabajador se hiciera daño. De hecho, según comenta, uno de ellos se encontraba en la zona del almacén cuando empezó a entrar el agua.

Tarrats detalla que en cuestión de «30 segundos» la fuerza del río reventó la puerta de entrada y la zona se inundó. El empleado, por suerte, pudo subir a tiempo al piso superior.

El aguacero arrasó casas y negocios ubicados a los dos extremos del puente medieval de Montblanc. Además del restaurante, hay otros establecimientos, almacenes y casas afectadas.

El Archivo Comarcal salvó la documentación por los pelos. Se conservan documentos de valor histórico -el más antiguo es un pergamino de Savallà del Comtat de 1173-. Las sillas del archivo, que se habían apilado cerca del río con motivo de la fiesta de Clickània, fueron río abajo.