Salou celebra los 30 años de su segregación con una plantación y una paella

Salou celebraba ayer el día grande de las Fiestas del 30 de octubre. Después del pasacalle de la mañana, centenares de personas se reunieron para disfrutar de una paella popular, que sirvieron a los asistentes el alcalde, Pere Granados, y varios concejales.

Este año se celebran los 30 años de la segregación del municipio de Vila-seca y, para conmemorar la efeméride, se llevó a cabo una una plantación simbólica en el Paseo 30 de Octubre, en la zona conocida como Ejidos.

Fue un acto «muy emotivo», según palabras del alcalde, que pretendía «conmemorar la constitución de Salou como municipio independiente y el hecho de que el Tribunal Supremo hubiera decidido que tenía derecho a ser un pueblo con personalidad jurídica propia» el año 1989.

En sus parlamentos, el mandatario salouense dijo que «después de 30 años, tenemos que hacer una valoración muy positiva» ya que «hemos avanzado muchísimo y hemos demostrado que somos un gran pueblo».

La plantación simbólica de los 30 árboles, dispuestos en forma de espiral, se hizo después de los parlamentos. Los árboles escogidos por la ocasión son Samohú, una especie tropical caducifolia que florece en otoño (cuándo ocurrió la Segregación) y que tiene una flor rosada muy atractiva y ornamental. Los árboles, cuyo tronco tiene forma de botella cuando es grande, pueden llegar a tener hasta 15 metros de altura y cada año se plantará uno hasta llegar al centenar.

La forma de espiral del bosque que se plantó fue escogida especialmente porque hace referencia a dos cuestiones: «La unidad de todo un pueblo, porque tiene forma de círculo, pero también el movimiento, porque la espiral avanza hacia el infinito, no tiene fin, por lo cual significa el adelanto y el progreso», ha explicado el alcalde, Pere Granados.