Autora del libro 'Marxa nòrdica. Manual pràctic' (Ed. Cossetània)
«En Cataluña la marcha nórdica no es una moda, ha venido para quedarse»
Cristina Borràs, que tiene una agencia de viajes especializada en salidas de marcha nórdica, revela todas las claves para iniciarse en este deporte
—Empezamos igual que en su libro, preguntándonos qué es la marcha nórdica.
—La marcha nórdica es caminar con bastones. A partir de aquí, tenemos que tener en cuenta como andamos y como utilizamos estos bastones y, en función de eso, el resultado será uno u otro.
—Es un deporte que se está haciendo bastante popular. ¿Cuáles cree que son las causas?
—Creo que está sumando muchos adeptos porque es fácil de aprender, lo puede practicar todo el mundo, independientemente de la edad y la condición física, y nos aporta bienestar. También mejora la salud, y es una actividad que puedes hacer sol o en grupo, a lo largo de todo el día, todos los días del año. Además, no necesita de una instalación específica, como una piscina o una pista de fútbol, puedes salir de casa y ponerte a hacer marcha nórdica y, por lo tanto, estás optimizando tu tiempo. Y desde el primer momento notas que mejora tu condición física.
—¿Para practicarlo hay que aprender?
—Sí, porque una cosa es coger los bastones y andar, y otra andar correctamente, utilizando los bastones para impulsarse. Es decir, sacarle todo el jugo. Cuanto más se conozca la técnica, mejor será el resultado. Recomiendo iniciarse de la mano de un instructor y, por descontado, leerse el libro. Con las dos cosas se puede tener una visión más profunda sobre la marcha nórdica.
—Dedica un apartado muy destacado a los bastones. ¿Qué importancia tienen?
—Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los bastones de marcha nórdica son diferentes de los de senderismo. La diferencia principal está en el mango: los de senderismo tienen una rugosidad y una cinta para cogerlos, mientras que los de marcha nórdica tienen el mango liso y una dragonera, una especie de guante que nos permite tener más control sobre el bastón. Además, cuando hacemos fuerza para impulsarnos y avanzar, no la hagamos apretando fuerte el mango, sino sobre la dragonera. De esta manera liberamos la mano, y a consecuencia del impulso, esta se abre y se vuelve a cerrar cuando volvemos a controlar el bastón. Por lo tanto, cuando andamos la mano se abre y se cierra, y con eso estamos estimulando el riego sanguíneo, los dedos no se hinchan y no hay hormigueos. Después, otra diferencia está en la punta del bastón, porque los tacos de goma del final son diferentes. En el bastón de montaña son planos, porque nos apoyamos a noventa grados, perpendiculares al suelo, mientras que en la marcha nórdica esta punta es biselado, porque clavamos el bastón inclinado, en diagonal. Así, al ser biselado, aprovechamos toda la superficie de contacto cuando nos impulsamos.
—¿Cuáles son los errores más comunes que se cometen en la práctica de este deporte?
—El primero y principal es la altura de los bastones, porque muchas veces cogemos la referencia del brazo a noventa grados, como en el bastón de montaña. Pero en la marcha nórdica siempre va un poco más abajo, para poder estirar después el brazo. Otro error frecuente es doblar el codo, llevarlo a los noventa grados, cuando tiene que ir estirado, igual que en el caminar natural, haciendo un movimiento de péndulo que nace en el hombro. También suele pasar de que nos descoordinemos: cuando caminamos siempre hacemos ir una pierna y el brazo contrario, y con la marcha nórdica hay que hacer igual, y a veces hacemos ir el mismo brazo y pierna. Finamente, otro error es clavar los bastones hacia adelante en lugar dehacia atrás, es decir, que la punta vaya adelante, como si nos quisiéramos frenar, en lugar de llevarla en diagonal hacia atrás.
—¿Qué tradición tiene, la marcha nórdica, en nuestra casa?
—Llegó a Cataluña en el 2005, así que no hace mucho que la tenemos aquí, pero también es cierto que nos hemos empapadomucho. Cada vez hay más estudios científicos que lo avalan, más instructores, profesionales de la salud y el deporte que la recomiendan, y se hace más promoción. Aunque todavía le queda mucho de recorrido y es una práctica joven, está en fase ascendente. La marcha nórdica no es una moda, ha venido para quedarse.