Sociedad
Una pareja con buen olfato
El alcoverenc Juan Magaña y su perro Ken ganaron el Campeonato de Cataluña de perros tofonaires
El pasado 26 de enero la plaza Major de Vic acogió el tradicional Concurso de perros buscadores de trufas, que se celebró en el marco de la feria Trufforum, uno de los encuentros sobre la trufa negra más importantes de Europa. El concurso reunió un total de dieciséis perros, que tenían por misión encontrar cuatro trufas enterradas en el suelo en el menor tiempo posible, con un máximo de cuatro minutos. El ganador resultó el perro Ken, propiedad del vecino de Alcover Juan Magaña, que encontró los cuatro diamantes negros en sólo 55 segundos (el ganador del año pasado tardó un minuto y tres segundos).
Esta no es la primera vez que Magaña se lleva el primer puesto en un certamen de estas características, ya que con Ken había ganado el último concurso de Vilanova de Prades, y con su otro perro Zac había conseguido también ganar en dos ocasiones más el certamen de la Conca de Barberà y había quedado segundo en el Trufforum del año pasado.
«Había competido en concursos de Agility, pero un buen día un amigo me dijo que le gustaría sacar adelante un grupo de trufa. Yo tenía perros que podían ser buenos, y decidimos probar. Empecé con Zac, yendo por la montaña mucho tiempo sin encontrar nada, hasta que un buen día fuimos a la plantación de un amigo. Zac marcó y encontró su primera trufa, y de la emoción tan grande que tuvimos, desde entonces empezó a buscar como un loco», explica Magaña. Su forma de trabajar con los perros, detalla, es una pizca diferente de la habitual, porque se basa en el juego. En cuanto a las características que tiene que tener el buentofoner, el alcoverenc observa que «lo importante es que el perro tenga motor, que sea por ejemplo muy comedor, o muy juguetón, que tenga algún instinto muy bestia, porque por allí es por donde tú puedes tirar para entrenar». Con respecto a su campeón Ken, Magaña lo describe como un perro «muy explosivo». Eso, sumado al hecho de que él mismo se reconoce como un «súper motivado», los lleva a ser «una auténtica bomba».
Los perros tofonaires, explica el adiestrador, tienen por misión señalar el lugar donde la trufa está enterrada, y cada animal lo puede hacer de una manera singular: «cuando los perros llegan a su sitio, ya saben lo que tienen que hacer. Buscan, y cuando encuentran, me lo marcan. Zac rasca, y Ken enfoca con la nariz, rasca un poco y vuelve a enfocar, indicando la dirección. Entonces yo, con la herramienta reglamentaria, el puñal trufero, voy sacando la trufa, mientras el perro me va ayudando, rascando y enfocando con el morro para indicar la dirección donde está».
Juan y sus perros no se dedican estrictamente a la competición, sino que su actividad principal consiste en hacer servicio de recolección de trufas en plantaciones privadas. A medio plazo, el alcoverenc trabaja en un proyecto más amplio de adiestramiento de perros. Toda esta fina se puede contemplar a sus perfiles de Facebook y Twitter, bajo el nombre de El trufer.