Las 39 normas del buen vecino de Ascó

Un 6 de febrero de 1520, el Notario Real Janot Pellicer escribía los Ordenamientos de la Villa de Ascó. Aquel documento recogía treinta y nueve preceptos que fueron ordenados por los Jurados y Prohombres de la Villa, con el consentimiento del comendador de Ascó, Fray Martí de Lanuça, de la orden del Hospital.

Los Ordenamientos no eran otra cosa que una serie de normas o disposiciones para favorecer el buen funcionamiento de la comunidad, y trataban aspectos relacionados con el comercio, la agricultura o el folclore, entre otros.

Coincidiendo con los 500 años de los Ordenamientos de Ascó, el consistorio local ha decidido dedicar todo este año a recordar, difundir y mostrar esta documentación y su contenido. Si bien los documentos originales no se conservan, se conserva una transcripción fechada de 1727, que el estudioso Carmel Biarnés (Ascó, 1928-1992) recuperó y publicó. El investigador asconense explicaba que estas ordenanzas eran «un claro exponente de convivencia cívica», destacando el hecho de que fueron redactadas «por los representantes del mismo pueblo, en beneficio de todos y con el consentimiento del Comendador, señor feudal.»

Tal como recoge el trabajo de Biarnés, los Ordenamientos de Ascó detallaban aspectos relativos al comercio, como la normativa para vender determinados alimentos y los impuestos que acarreaba cada producto. En el apartado dedicado a la agricultura, se detallaban normas específicas para la conservación de los caminos o a qué distancia de la villa había que enterrar los animales muertos con el fin de evitar molestias a los conciudadanos. Con respecto a la convivencia entre vecinos, las Ordenanzas detallaban una serie de normas imprescindibles para el bien común, como la obligación de barrer las calles cuando se pidiera, la prohibición de no pasear aves de corral ni vacas ni, aún menos, soltar los cerdos, o la prohibición de tener torretas con flores en los balcones para prevenir posibles accidentes. Tal como expone Carmel Biarnés, el documento también hacía una serie de advertencias curiosas, como el aviso que ninguna mujer casada o viuda podía salir a la calle descalza, sin velo en la cabeza ni peinarse en la vía pública, o lo que afirmaba que ningún hombre podía fumar por las calles. En el ámbito del folclore, otra norma curiosa era la prohibición de que quien bailara en bailes públicos llevara el pelo recojido, ya fuera joven o casado.

En total, las Ordenanzas que se conocen y que han sido estudiadas por el asconense recogen treinta y nueve normas, aunque Biarnés advierte que quizás la lista original era más extensa: «Finaliza al artículo 39, a media página y sin el punto final acostumbrado, cosa que nos indica que la transcripción no es completa», escribe en su estudio.

Desde el Ayuntamiento de Ascó se ha explicado que el programa de las actividades conmemorativas de la efeméride se presentarán a finales de marzo. De momento, sin embargo, ya se ha presentado el logotipo, que ha sido ideado por el vecino de Ascó e historiador Felip Fucho.