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Vilanova de Prades: el confinamiento en un pueblo de 117 habitantes

La colaboración entre vecinos se vuelve esencial a la hora de comprar alimentos o medicamentos

Imagen del pequeño municipio de Vilanova de Prades.

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Vilanova de Prades es un municipio de 117 habitantes de la comarca de la Conca de Barberà. A pesar de ser un pueblo pequeño y en el que difícilmente se pueden encontrar grandes aglomeraciones, también se ha visto afectado por el Estado de Alarma que el gobierno español decretó con el fin de parar la propagación de este coronavirus que llegará hasta casi el último rincón del mundo.

De esta manera, las calles se ven todavía más vacías que antes. «De normal te puedes encontrar algunas mujeres mayores que van a caminar pero poca cosa más», explica Teresa Pere, a la propietaria de la única tienda que puede suministrar alimentos a los vecinos de Vilanova, La Pallissa. Pere asegura que el abastecimiento de comida está garantizado en el pueblo, «ayer vino el de Danone y hoy tiene que pasar el proveedor de carne fresca, de que encargamos una vez por semana».

La tendera, que vende todo tipo de producto comestible como verdura, fruta y dulces, entre otros, abre sólo de cara al fin de semana, pero con el confinamiento, ha decidido abrir un rato cada día por si algún vecino necesita cualquier cosa. «Además, como nos conocemos todos, tienen mi número de teléfono y, si prefieren quedarse en casa, me lo piden y yo los llevo», apuntaPere, que celebra que «la gente se ha tomado a rajatabla eso de quedarse en casa».

Vilanova de Prades no tiene farmacia y la más próxima es Vidal, en Prades. Maria Isabel Vidal es la propietaria y explica a DiariMés que un señor de Vilanova, que siempre baja a Prades, es el encargado habitual de llevar los medicamentos a los vecinos del pequeño municipio. «Como estos días este señor no baja por el tema del confinamiento, he llevado yo misma un par de cosas a personas mayores de Vilanova», explica Vidal. Además, reconoce que en Prades la gente también está concienciada con respecto al Estado de Alarma y no sale mucho a la calle». Vidal ha colocado una mesa delante del mostrador de la farmacia para que sus clientes mantengan la distancia de seguridad, y explica que «la gente entra por turnos y los que esperan fuera guardan cierta distancia. Los primeros días les costaba bastante, pero poco a poco se han ido acostumbrando a hacerlo».

En Prades, la asociación de jóvenes ha organizado una especie de voluntariado, que se repite en varias ciudades y poblaciones, para hacer la compra u otros encargos a las personas mayores que se quedan en su casa, al tratarse de uno de los colectivos de riesgo. La alcaldesa del pueblo del Baix Camp, Lídia Vargas, explica que durante el día de ayer hicieron más de 20 servicios. «La gente cumple bastante la normativa de no salir si no es por una necesidad básica, pero también te encuentras personas mayores que salen igualmente. Los voluntarios, por ejemplo, se encontraron paseando a la mujer a quien le llevaban el pan». Vargas asegura también que mucha gente ha venido a su segunda residencia en Prades.

Por su parte, la farmacéutica Vidal lamenta que han cerrado el consultorio de Prades, y se pregunta como lo harán las personas mayores de los pueblos más pequeños que no tienen familia para ir a un centro médico. Artur Miró, el alcalde de Vilanova, asegura que, en este sentido, los abuelos del pueblo no se tienen que preocupar. «Cada lunes sube el médico de Montblanc y, al tratarse de un pueblo pequeño donde nos conocemos todos, la gente se ayuda», destaca Miró.

Al respecto, el alcalde de Vilanova puso el ejemplo de un hombre mayor del pueblo que siempre iba a comer a un restaurante del pueblo. «Le preguntamos si necesitaría alguna cosa, ahora que estaba cerrado, pero nos dijo que ya tenía un sobrino que lo ayudaría estos días de confinamiento», dice Miró. Sobre el abastecimiento de comida en Vilanova, Miró explicó que la gente que va a trabajar a fuera aprovecha para hacer la compra en algún supermercado, pero «es muy importante que La Pallissa tenga alimentos para las personas mayores».

El alcalde aseguró también que, aunque la gente cumple el confinamiento, «los campesinos van a trabajar al 'tros', pero como cada uno está solo en su finca, pues tampoco pasa nada», y añade que «no hay ninguna relación ni actividad comúnen el pueblo estos días». Si bien considera que a algunos ancianos se les puede hacer complicado el hecho de no poder salir de casa estos días, Miró señala que, tiempo atrás, Vilanova había vivido fuertes nevadas que dejaban incomunicado el pueblo durante algunas semanas y que, en cierta manera, «aquí las personas mayores lo viven mejor».

Imagen de la plaza Major de Prades, sin gente a causa del confinamiento obligatorio para combatir la expansión del coronavirus.

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La Pallissa es la unica tienda de alimentación en Vilanova de Prades.

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