Aumenta la demanda de cestas de fruta y verdura ecológicas a domicilio
La otra cara de la moneda es la suspensión de mercados
Ya sea por la relación directa con el productor o por la calidad asociada al producto de proximidad, esta opción de consumo alternativo atrae a nueva clientela.
En el Camp de Tarragona hay varios campesinos que se dedican a ello. Mikel Rubiralta, con huerta entre Alcover y Vilallonga del Camp, dice que está desbordado por los pedidos. Con todo, asegura que estos días no hace caja. Su principal fuente de ingresos era el mercado semanal de Valls donde tenía parada . Como muchos, se ha suspendido.
El boca oreja ha hecho que su grupo de mensajería con la clientela tenga un ritmo más intenso, tanto por nueva clientela añadida como por pedidos más frecuentes de clientes ya fieles. «Ahora todo eso ha venido de todo y no podré llevar todo el género a todo el mundo», afirma en Mikel, que reconoce no tener bastante capacidad como para abastecer a tanta gente de producto fresco.
Hace tres años que se dedica a este negocio y se ve desbordado. La otra cara de la moneda, sin embargo, es que ya no puede montar parada en la plaza del Oli en Valls. Mantiene parada en la Selva del Camp, si bien todos estos mercados en el exterior están en la cuerda floja.
Aunque los pedidos tienen un ritmo creciente no suponen ni el 20% de sus ingresos. El 80% viene de venta directa a los mercados. «Nos cierran los mercados y en cambio los supermercados los mantienen abiertos, son ellos los que hacen el negocio, y en vez de ayudar al pequeño campesinado se favorece las grandes superficies, y además son espacios cerrados cuando quizás es más higiénico un espacio exterior, como las plazas», lamenta Mikel.
Sara y Jora, una pareja que vive en el pueblo de Montferri, también venden cestas de fruta y verdura ecológica. Pero en su caso han decidido detenerlo. A pesar de ver que incrementaban los pedidos, el hecho de repartir por grandes ciudades como Barcelona y Tarragona los frenó. Aseguran que un vecino suyo, también con huerta, ha vendido sesenta cestas a la semana. Muchos de estos productores se mueven a través de grupos de consumo, donde se ofrecen productos alimenticios de proximidad.
En el Camp de Tarragona hay varias cooperativas de consumo agroecológico. Normalmente los pedidos y pago se hacen por web y la entrega de los productos, en un punto de recogida estipulado.