Estado de Alarma
Ferré (GEPEC): «Se han visto delfines más cerca de la costa desde el confinamiento»
El Grup d’Estudi dels Ecosistemes Catalans detecta mayor actividad de aves y de insectos desde que las playas están vacías y circulan menos vehículos
El decreto de alarma que ha paralizado gran parte de la actividad humana y mantiene la población confinada desde el 14 de marzo ya ha generado en estos quince días, según el Grup d’Estudi dels Ecosistemes Catalans (GEPEC), las primeras consecuencias sobre la fauna salvaje, también en Tarragona. El proceso es similar al del «rewilding Una especie de retorno de la naturaleza a su estado anterior a la huella del hombre, tal como explica a Diari Més Ramon Ferré, técnico de la entidad. En la demarcación, concreta Ferré, la cuarentena está permitiendo ciertas aves anidar en las playas, facilita la supervivencia de los pájaros que estas semanas participan en la migración más importante y concentrada del año, ha posibilitado avistar delfines próximos a la costa de Torredembarra o aumenta la presencia de mariposas y otros insectos de los cuales, a su vez, se alimentan otros animales. La repercusión de todo «será visible, en algunos casos, incluso el próximo año».
Las limitaciones de movilidad que han vaciado las playas en un tiempo en que habitualmente ya se pueden encontrar personas paseando o runners «hace que un pájaro que cría en estos lugares, el sendero camanegre, que sufre muchos problemas por la presencia de personas mientras está nidificando, ahora salga adelante con tranquilidad». «En las parejas de este pájaro en las costas del Tarragonès y el Baix Penedès, ahora, los machos están proponiendo nidos para que las hembras escojan a uno. Si tienen calma, lo podrán hacer en cualquier lugar de la playa», añade Ferré, que mantiene que «cuando se levante ya la cuarentena, habrá que ser cursos porque habrán escogido lugares donde normalmente habría gente». En este mismo escenario, uno de los «factores contra el rewilding es el aumento de gente que pasea el perro aquí».
También con respecto a las aves, el técnico del GEPEC explica que «ahora es una época muy importante porque están migrando y la mayor parte de los que van entre el continente africano y Europa pasan por la línea de costa catalana, una de las más urbanizadas del mundo y con mucha densidad de población». Por eso, dice «es difícil que encuentren lugares de descanso y, si no encuentran, mueren». La cuarentena «ha coincidido con este momento relevante» y eso hace que las aves «puedan detenerse con facilidad en las playas, en los espigones, o en tramos de campo». Flamencos, grúas, urracas de mar, ocas o patos forman parte de este grupo y para ellos «descansar es importante. Es como si, en un viaje, encuentras o no una estación de servicio».
En la Torre han avistado ejemplares
En el mar, «se ha visto que los delfines, que son animales delicados, sufren menos porque hay menos embarcaciones y no hacen ruidos». «Así, pueden acercarse a lugares donde no se les vería tanto si oyeran los motores», añade Ferré, que dice que «la bajada en picado de estas perturbaciones hace que los animales puedan llegar en espacios más próximos a la costa, a la plataforma continental donde, a veces, es más fácil que encuentren alimento». El técnico del GEPEC explica que «aunque no podemos salir a la calle, algunos observadores, desde casa, pueden mirar lo que hay al mar con su telescopio» y «en Torredembarra, han visto delfines más cerca que antes».
De hecho, la fotografía que ilustra este artículo se corresponde con uno de los dos grupos de delfines mulares avistados desde Torredembarra por @WildestWanderer, que detalla a esta redacción que «se vio uno a unos tres kilómetros de la costa el 20 de marzo, con unos 20 individuos; y otro grupo el 21 de marzo, con unos 50 individuos». Explica que «ahora es época de migración para los cetáceos» y «el hecho de tener menos barcas en el mar, sobre todo de recreo, seguro que facilita que se acerquen más a costa». Además, con la playa de la Paella deserta, «estos días estamos viendo cómo muchas gaviotas y charranes en migración se detienen y descansan todo el día, cuanto antes sólo lo hacían a primera hora».
Los insectos tampoco son ajenos a «la bajada de concentraciones de tóxicos en el aire» a raíz de la disminución del tráfico. Ferré sostiene que «posiblemente los insectos más sensibles ya notan que hace días que no circulan coches» y eso permite la proliferación. «Como hay más insectos, habrá más animales que comen insectos», apunta, y dice que «un ejemplo son las golondrinas, que comen más y producirán así más piojos de cara al año que viene». Recientemente «también se han visto gavilanes saliendo del bosque de la Marquesa de Tarragona». Que estos cambios están teniendo lugar «es una conclusión de consenso de diferente gente que estamos estudiando una pizca el entorno», precisa Ferré, que dice que la cuarentena «nos ha hecho valorarlo más».