Voluntarios de Cambrils y de Reus fabrican viseras para personal sanitario

El coronavirus requiere mucho material para poder atender de la mejor manera a los enfermos que lo están sufriendo. Todos los trabajadores que se están dejando la piel en los diversos sectores necesitan indumentaria de seguridad y, entre ellos, el personal sanitario está al que más le urge. Por este motivo, un grupo de personas del Camp de Tarragona ha puesto en marcha una campaña para fabricar viseras destinadas al personal sanitario, las cuales resultan muy necesarias.

Han puesto en marcha iniciativa varias personas, algunas de ellas propietarias de negocios relacionados con la informática, ya que el material es impreso antes de rematarlo y entregarlo a la dirección general del Instituto Català de la Salut (ICS). Ayer, se le entregaron una gran cantidad, las cuales serán repartidas durante los próximos días.

Los promotores de esta iniciativa son el dueño de PCBox Cambrils, Daniel Rodríguez; su pareja, Jennifer Abenójar, que es enfermera; los cambrilenses Marc Guijarro y Maria Riu; Marcel Lucia Bertran, de Beep; Alejandro Recena, de Limo Design 3D; Álex, de Apcenter; y Dylan Oggero, que tiene una impresora en Reus, en su casa.

Diari Més se ha puesto en contacto con Daniel Rodríguez, que explica que «me puse en contacto con diferentes personas de Cambrils y de otros que querían dar bovinas de PLA (un polímero biodegradable) y el recibimiento ha sido muy bueno. Sobre todo son vecinos de Cambrils les que están ayudando a la iniciativa», dice.

Ahora bien, los que realmente están trabajando sin descanso son estas personas antes mencionadas, que o bien desde su negocio o desde su casa fabrican las viseras.

¿Para qué sirven?

Si las mascarillas están siendo el material más demandado por los sanitarios, las viseras tienen una gran utilidad. Lo explica la pareja de Rodríguez. «Evita que salpique cualquier cosa y también absorbe las gotas de sudor, entre otros. Son muy útiles y no son de un solo uso, sino que se pueden utilizar hasta que el material se estropea», dice Jennifer Abenójar. «En teoría es un EPI (Equipo de Protección Individual) secundario, porque la visera no va en contacto con la piel», añade.

Las bovinas son de un kilogramo y tienen un precio de 22 euros. Cada bovina tiene material suficiente para fabricar unas 60 viseras, con las que todos estos voluntarios, héroes anónimos, tienen todavía mucho trabajo por delante.