Turismo
El sector turístico se resigna a perder Semana Santa
La FEHT teme que muchos acontecimientos deportivos suspendidos no se podrán reprogramar
Además, desde la FEHT indican que la Semana Santa suele ser buena porque es el inicio de la campaña de PortAventura, que este viernes preveía abrir la 25.ª temporada. El complejo turístico atrae muchos viajes de final de curso de escuelas de todo el Estado y también algunas de Francia e Inglaterra. «Para una escuela de Galicia, por ejemplo, es un muy buen viaje venir uno o dos días a PortAventura, y después visitar un día Tarragona y otro, Barcelona. Todo eso se ha perdido», lamenta, ante la dificultad que estas salidas se puedan dejar para más adelante. Todo, reconoce, dependerá en buena medida de cómo quede la economía de las familias. Muchas incógnitas abiertas.
Lo que claro está es que no se repetirán los buenos registros del 2019. Los hoteles de la Costa Daurada tuvieron una ocupación del 85%. Sólo de los establecimientos de la Asociación Hotelera Salou-Cambrils-La Pineda, abrieron 60 86, con una oferta de unas 35.500 plazas. Los alojamientos turísticos ofrecieron 13.500 plazas más, también con un 85% de empleo|ocupación, mientras que todos los campings de la demarcación estuvieron abiertos. En las Terres de l'Ebre, los alojamientos rurales llenaron el 90% de las plazas.
Sin poder contratar personal
Aparte del impacto económico que dejan los visitantes, también se generan miles de puestos de trabajo. Con la situación actual, la gran mayoría de los establecimientos, al no poder abrir, han optado por hacer ERTE. Según han asegurado desde los sindicatos, muchos no han incluido a los trabajadores fijos discontinuos, que trabajan de Semana Santa hasta el otoño. Eso hace que estas personas tengan que continuar en paro hasta que los alojamientos puedan abrir, una vez se acaben los efectos de la pandemia.
Guardià apunta que comprende la situación de los trabajadores, pero se pregunta: «Si la empresa no puede hacer el qué tiene que hacer porque está cerrada, porque necesita a los trabajadores»?. Y reflexiona: «En esta crisis, o entendemos que cada uno pierde media uña, o alguien perderá un dedo. Y nadie tiene que perder ningún dedo». A la ecuación pone a los empresarios, los trabajadores y también la administración, a quienes pide que asuma que «aparte de dar ayudas, tendrá que pensar al no recaudar algunos impuestos o algunas tasas» para echar una mano, en el tejido productivo.
El turismo rural del Ebro
En las Terres de l'Ebre, el sector turístico mujer la temporada de este año completamente por perdida. Aunque el orden de confinamiento acabara en las puertas de Semana Santa, no se reciben consultas ni reservas, e incluso se han cancelado las que tenían cerradas antes de la crisis sanitaria del coronavirus. «Después del Gloria en febrero y las consecuencias socioeconómicas a lo largo de este mes de marzo y abril por la covid-19, nos atrevemos a decir que la temporada turística no es que no pueda arrancar con normalidad, sino que no arrancará», lamenta Montse Callau, vicepresidenta de la Asociación de Empresarios y Actividades ecoturísticas del Delta del Ebro.
«Planteando el mejor de los escenarios, que sería que el estado de alarma se levantara a finales de abril, podemos prever que será un verano más que nefasto y que no podremos hablar de recuperación hasta el verano que viene», valora Juanjo Bel, portavoz de la Associació de Turisme Rural de les Terres de l'Ebre (Aturebre). Bel señala que el primer escollo a superar será la terrible crisis económica que dejará la pandemia. «Nos viene una crisis peor de la que hemos pasado. La gente quizás tendrá ganas de salir y viajar pero no habrá ni un duro para hacerlo,» apunta. Confían que los primeros síntomas de recuperación se puedan hacer notar en los puentes y festividades de final de año sin embargo «la normalidad» que se desea no prevén que llegue hasta el verano del 2021.
El impacto económico para los negocios turísticos será grande, pero como apunta Calláis se afronta con «resignación proactiva», manteniendo vivos todos los contactos y todos los aspectos de organización desde la asociación, si hace falta trabajando ya para el próximo año. «Las empresas están actuando con valentía y responsabilidad teniendo en cuenta que tampoco podemos valorar exactamente el impacto que sufrirán ni cuando podamos volver a la normalidad», explica Calláis. «Primero tenemos que saber cómo y cuándo. El cuando es importante, pero también el como se irá desactivando el estado alarma vigente y en qué tiempo. Eso hará variar mucho las previsiones y las capacidades de recuperar de aquello que ya es irrecuperable», concluye la vicepresidenta de la asociación de empresas turísticas del Delta.