Sociedad
El Banc dels Aliments del Camp y Ebre tiene provisiones para un mes
La entidad aplaza la campaña de mayo, donde esperaba recoger 30.000 kilos
Por ahora, la entidad tiene cubiertos los productos básicos, como aceite, leche, legumbres, harina, arroz y pasta. Con todo, estos alimentos siempre son necesarios. «No tenemos prácticamente azúcar. Cualquier alimento básico es bienvenido», señala Alegre. Aunque no sea la filosofía de la entidad, Alegre teme que si las circunstancias actuales se alargan tendrán que comprar alimentos. Por eso, recuerda a la ciudadanía que puede hacer donaciones económicas a través de la web www.bancalimentstarragona.org.
A las donaciones de comestibles se ha sumado la solidaridad de los más jóvenes y de la red vecinal. Alegre pone el ejemplo de una vecina de la asociación del barrio de Carme de Reus que ha confeccionado mascarillas de algodón para los voluntarios de la entidad. «No nos ha cobrado nada y hay gestos que, en momentos de necesidad, muestran la humanidad de las personas», expresa, emocionada. Al mismo tiempo, la red local ha movilizado muy rápido voluntarios para cubrir las vacantes de los mozos de almacén. Se trata de juventud con «empuje» y con «muchas ganas de ayudar», precisa Alegre.
La covid-19 aplaza la campaña de primavera
El coronavirus ha pospuesto muchos acontecimiento y uno de ellos es la campaña de recogida de alimentos prevista para el mes de mayo en Tortosa. La iniciativa, muy parecida al Gran Recapte, preveía recoger unos 30.000 kilos para las familias más vulnerables. Por este motivo, desde la entidad ya estudian alternativas con el fin de suplir esta campaña, así como la suspensión de recogidas de donaciones a supermercados y empresas. «Tenemos que estar al pie del cañón y haremos lo que sea para seguir ayudando, es nuestra razón de ser», apunta al portavoz del Banco de los Alimentos de las Tierras del Ebro, Òscar Ologaray.
A principios de marzo repartieron una gran partida de alimentos proveniente de la Unión Europea y eso ha dado aire a las entidades. «Estos días hemos podido bajar un poco el ritmo, pero dentro de dos o tres semanas tendremos que volver a aumentar la intensidad para poder ayudar a todas las familias que lo necesitan», valla Ologaray.