Tradición
Palmas bendecidas del Priorat a todo el Estado
Un taller artesano de la Vilella Baixa intenta salvar el negocio con la venta online
Hay una buena muestra de expuestas a la página web de Palmes Viaplana, que se acaban haciendo totalmente al gusto del cliente. Más o menos engalanadas decoradas con un lazo o cargadas de golosinas artesanas de Ulldemolins. Son como trajes a medida. «Es la ventaja de tratar con el consumidor final, es como un retorno al origen de la artesanía, cuando la palma ya se había convertido en un producto de consumo más», destaca. Desde que se promocionaron por las redes que el ritmo de ventas se ha acelerado. Él y su hermano no dan al alcance. Reciben pedidos de todo el estado e incluso han atendido una petición desde Austria.
Este año, sin embargo, el objetivo no es hacer caja, sólo evitar que el negocio haga aguas. Habitualmente tienen dos perfiles de clientes muy definidos, lo que se mueve por creencia religiosa y lo que lo hace atraído por la pieza artesana. «Ahora hemos atraído gente que nunca nos había comprado una palma y que lo hace por solidaridad y también para colgar una palma en el balcón; de hecho, es un elemento que simboliza protección», apunta Vaqué. Además, sin el Domingo de Ramos, tampoco ya les marca ninguna fecha final de ventas y seguirán vendiendo más allá de este día. Lo quieren acompañar de una campaña -'empalmalda'- con sorteo de productos incluido.