Agroalimentación
Cultivar almejas donde ya no es rentable plantar arroz
Es la alternativa para los campos salinizados del Delta y que se ensayará en la bahía de los Alfacs para guiar los agricultores y acuicultores en la reconversión
Actualmente, la almeja tiene un precio elevado en el mercado porque hay mucha demanda pero poca oferta. Los problemas para criarla en las bahías son comunes a todo el litoral mediterráneo, también por los largos periodos de altas temperaturas en verano que estropea los bivalvos – un efecto del cambio climático que no se prevé que se pueda mejorar con las balsas del suelo. «Estamos pensando si se podría hacer sombreado y hemos mirado diferentes maneras para controlar la temperatura del agua dentro del campo de arroz pero el principal problema a combatir es el cangrejo azul», ha explicado Fernández.
Si se consigue cultivarla en balsas del suelo y producir tamaño grande, el rendimiento y los beneficios pueden ser muy atractivos para los arroceros y también para los acuicultores de otras especies que están sufriendo las consecuencias de la invasión del devastador crustáceo, originario de las costas del Atlántico. «Los pescadores han hecho muchos esfuerzos, pescándolo, pero sigue comiéndose los bivalvos de las poblaciones naturales y las de cultivo. El proyecto va dirigido sobre todo para el sector de la acuicultura para que tengan alternativas. Por ejemplo, los mariscadores de coquina, que tampoco encuentran. Hacer cultivo de almeja podría ser una opción porque mucha gente en el Delta tiene campos de arroz y tiene diferentes maneras de ganarse la vida», ha detallado la investigadora.
Las pruebas empezaron en noviembre. Se prepararon las balsas y se ha sembrado a principios del mes de marzo. Con el confinamiento, dos técnicos del IRTA mantienen los trabajos esenciales a campo para mantener los animales vivos y el resto hacen trabajo telemáticamente. Los ensayos se han hecho llenando los campos con agua de la bahía de los Alfacs y en terrenos próximos al mar.
Este proyecto no es nuevo. Se empezó a probar en Italia hace unos diez años y resultó rentable. «Porproblemas de contaminación química en la zona donde lo hicieron, no se ha podido continuar pero es una propuesta que puede trasladar al Delta porque tiene las condiciones adecuadas, por la calidad del agua de los Alfacs, por la tradición de cultivo de bivalvos a toda la zona del Fangaly los Alfacs, y por la proximidad de los campos al mar, donde deja de ser rentable producir arroz», ha apuntado a la investigadora.
Cuando el proyecto acabe, a final del 2021, a los técnicos harán la transferencia de los resultados conseguidos al sector: cómo se preparan y se transforman los campos, el tiempo que se necesitará para sacar rendimiento, y los tamaños de las piezas que se pueden producir. «Podremos transferir los conocimientos al sector acuicola y mariscador porque los bancos de marisco en el litoral catalán y valenciano están desapareciendo», ha advertido.
En la investigación también participa el Instituto de Acuicultura de Torre de Sal (IATS-CSIC), de Castellón y ha contado con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica. La financiación se ha conseguido dentro de la convocatoria de subvenciones del Programa Pleamar, cofinanciada por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.