Medio Ambiente
La Conca de Barberà, seis meses después del desbordamiento del Francolí: «Hemos sufrido una segunda riada»
La crisis del coronavirus pone a prueba un territorio que empezaba a reponerse de los daños de los aguaceros del octubre pasado
«Ahora está todo focalizado en el coronavirus, pero nosotros seguimos esperando que venga este decreto del Consejo de Ministros, y no entendemos que en Murcia al mes y medio ya lo tuvieran y nosotros ya llevemos seis meses», declara Andreu. «La situación es desesperada, sin el decreto no podemos ejecutar ninguna obra de reposición de los daños «, lamenta Andreu. El emblemático Pont Vell de Montblanc continúa visiblemente deteriorado, si bien se ha colocado una pasarela para que pueda ser transitable.
Aunque la Agencia Catalana del Agua ha trabajado intensamente en la limpieza del cauce del Francolí, todavía son muy visibles los desperfectos en la zona. La fuerza del agua se llevó negocios, casas y puentes en una riada que arrasó a lo largo de muchos kilómetros. Las obras de los colectores, que lleva a cabo el Consejo Comarcal de la Cuenca, tampoco se han detenido, como servicios esenciales. La Diputación de Tarragona es otra institución involucrada al recuperar el entorno del río.
«No estamos donde nos gustaría estar; después de la riada nos vino el Gloria y ahora el coronavirus; es un momento complicado de evaluar donde estamos y lo que podríamos haber hecho, tenemos muy de camino para hacer y queremos recupera lo antes posible toda la zona cero y dejarla tal como estaba», afirma el concejal de Servicios Municipales de l'Espluga de Francolí, Xavier Rossell. En la denominada zona cero, en el puente de la Fuente Baja, desaparecieron una bodega y un restaurante que compartían edificio.
Negocios cerrados en pleno remontamiento
También en este punto otro hostal-restaurante, Les Disset Fonts, que ha tenido que reformar todo el comedor y la cocina, tuvo que bajar la persiana el 14 de marzo por culpa de la covid-19, justo cuando le empezaban a ir bien las cosas. «Nos ha cogido de patac», afirma Joan Carles Llaó, propietario del establecimiento. No solamente han dejado de hacer caja, sino que además han tenido que tirar comida. «Teníamos mucho apoyo, venía gente de todas partes, con muchas reservas y habitualmente hacíamos lleno», dice Llaó.
Otro negocio muy afectado es Dragón Activo, de actividades de aventura. El suyo responsable, Gonzalo Gil, también tenía atados numerosos grupos escolares. Una agenda apretada que se ha visto truncada por el coronavirus. «Hemos pasado de 100 a 0 en una semana, muy duro», apunta. Disponían de un complejo de aventura en una finca de unos 5.000 metros cuadrados, junto a río. Este espacio y el edificio central quedaron totalmente destrozados. «Ha sido un porrazo fuerte, pero los ánimos también los tenemos fuertes», asegura.
Los habitantes de la Cuenca no se dejan doblar fácilmente. Gracias a la gente del municipio, el equipo de Dragón Activo dispone de una oficina provisional mientras no pueda reconstruir sus instalaciones. «Sin la ayuda del pueblo estaríamos cerrados», reconoce Gil. Tanto la fonda como este centro de aventuras son de los negocios más perjudicados por la riada. Ambos acaban de recibir una ayuda de 10.000 euros provenientes del fondo recaudado por la iniciativa popular Riada Solidaria de la Cueva.
La Riada Solidaria, haciendo pueblo
La Riada acaba de repartir un total de 50.000 euros -a razón de 10.000 euros por negocio. Los otros beneficiarios son los dos locales completamente desaparecidos por la riada -la bodega Rendé Masdéu y el restaurante La Bodega- y la funeraria Funeconca. Esta línea de ayudas específica a actividades económicas se ha decidido priorizar precisamente por la actual crisis del coronavirus. «Esperamos que el dinero sirva para intentar recuperar la normalidad lo antes posible», expresa a la portavoz Anna March.
La Riada Solidaria recaudó más de 107.000 euros con la finalidad de ayudar económicamente a los afectados por los aguaceros. Los fondos benéficos para conceder -casi 58.000 euros- se distribuirán entre las otras líneas de ayuda que han estado paradas temporalmente por la vigente situación de excepcionalidad. En total, en la Cueva se recibieron casi una cincuentena de solicitudes, de las cuales un 80% se aceptaron ya que han presentado correctamente toda la documentación requerida.
Esta iniciativa ciudadana -que se extendió a Montblanc- surgió rápidamente después de la catástrofe, que dejó a cuatro muertes y dos personas desaparecidas. En la Cueva se contaron 200 afectados y a Montblanc, más de 100 hectáreas asoladas. Un mes después de los aguaceros, la Riada organizó una singular 'performance' con un millar de personas bajo paraguas azules, simulando el curso del río. Ha sido una de las múltiples actividades para recoger dinero para los damnificados.
Aprender de la riada
Siguiendo el ejemplo de Riada Solidaria, ahora el Museo de la Vida Rural se ha embarcado en una iniciativa del brazo con la Universidad de Barcelona. Bautizado con el nombre de 'Floodup' Francolí, quiere ser un estudio en torno a la riada con el objetivo de reducir los impactos que puedan generar nuevas riadas. Ahora se iniciará la primera fase del proyecto, que consistirá en la recogida de información y testigos. El objetivo es presentar resultados en octubre del 2020, coincidiendo con el aniversario de los aguaceros.
Este museo quiere mantenerse activo a pesar de tener que permanecer cerrado al público por la crisis sanitaria. Acumula numerosas anulaciones de reservas de centros educativos, hasta 1.900 alumnos afectados. Si se añaden todas las visitas anuladas en actividades en espacios municipales, la cifra de alumnos que este curso no podrán visitar la Cueva se eleva a los 15.000. Es un municipio junto a Poblet muy visitado por las cuevas de la Fuente Mayor que se extienden, en gran parte, por el subsuelo del casco urbano.