Estado de Alarma
Una familia de Prades vende 3.000 kilos de patatas en un día por Whatsapp
Con el almacén lleno a raíz de la Covid-19, los Dalmau difundieron un mensaje donde ofrecían servicio a domicilio y han recibido pedidos de toda Cataluña
«Somos agricultores. Teníamos muchos kilos de patatas y, por Semana Santa que es cuando generalmente mucha gente sube a Prades a comprar, este año no se pudo hacer nada. Así que las acumulábamos en el almacén y teníamos que buscar una salida». Lo explica Oleguer Dalmau, el hijo pequeño de la familia Dalmau que este pasado lunes por la tarde tuvo una muy buena idea: «Pensamos, con mi madre, que quizás era interesante repartir las patatas a domicilio, e hicimos correr entre nuestros contactos un mensaje de Whatsapp donde explicábamos que ofrecíamos este servicio». El llamamiento corrió y, hacia las once de la noche del mismo día, sólo seis horas más tarde, «ya lo habíamos vendido todo». Y con este «todo», Dalmau se refiere a «cerca de 3.000 kilos» de patatas.
Desde entonces hasta ahora, la familia carga y reparte diariamente el producto para responder a los pedidos recibidos, siguiendo siempre las recomendaciones de seguridad previstas ante la Covid-19. La furgoneta no se detiene ni un momento. Peticiones, hemos tenido «de toda Cataluña e, incluso, también de Valencia, pero llegar hasta allí ya nos era imposible del todo».
Aunque ya sin más género por ofrecer, la familia sigue atendiendo pacientemente las llamadas y los whatsapps y explicamos que lo tenemos ya comprometido todo pero que esperemos que, más adelante, en septiembre o cuando todo eso pase, continúen interesados y nos quieran hacer un pedido para que les podamos enviar». El sistema «nos ha salvado porque lo hemos podido vender todo». Si no hubiera sido así, «possiblement habríamos tenido que dar las patatas a los campesinos para alimentar las cabras o, simplemente, se habrían perdido».
Grandes pedidos
Los 3.000 kilos se han dispensado más fácilmente porque «la gente nos hacía pedidos de 200 o 300 de una misma vez». El motivo de estas cantidades altas es que «hay muchas comunidades donde, por la situación de confinamiento, han hecho listas y grupos para juntar todo lo que los vecinos piden y, cuando se han planteado encargar las patatas, eran muchas». Hasta 2.000 de estos 3.000 kilos vendidos se corresponden con «segundas patatas».
«De patatas», explica Oleguer Dalmau, «hay de tres tipos: las primeras, las grandes y las segundas». Las primeras «son las más bonitas, las que no tienen ningungolpe, las que se compran en las tiendas,» mientras que las grandes «son de un tamaño mayor y van, habitualmente, a los restaurantes porque, por su tamaño, las pueden aprovechar mucho». Finalmente, las segundas patatas «tienen algungolpe o se han cortado un poco con la máquina cuando se extraían, así que bajan de precio». La elección se hace al momento de cogerlas. Las que la familia ofrecía inicialmente por Whatsapp eran las segundas y estaban doblemente rebajadas ya que «normalmente tienen un precio más elevado pero las ofrecíamos a un precio más bajo entendiendo la situación que hay». Para servir a una población «hacía falta que desde esta población en conjunto, no por persona, nos hubieran pedido un mínimo de 20 kilos». La urgencia vendía, tal como detalla Dalmau, porque «cuando hace calor, normalmente las patatas empiezan a grillarse, aunque las nuestras son fuertes y aguantan».
Reparto en marcha
Desde ayer por la mañana se está haciendo el reparto. Tarragona, Reus, Montblanc, Nulles o La Secuita son algunos de los municipios que figuran en el listado y donde irán a parar las patatas de la familia Dalmau. «Hemos hecho un excel con las cantidades y las poblaciones y lo vamos siguiendo para no dejarnos ni un solo pedido». En pocos días, «seguramente se empezaría de nuevo a plantar y la segunda semana de septiembre se haría la cosecha», concluye Oleguer Dalmau, a quien precisamente el confinamiento ha cogido estos días al lado de su familia.