Diari Més
Sílvia Mirete

Directora de la Residencia Vila-seca

«Estamos en un momento de estabilidad sanitaria, tenemos que dejar pasar días»

La responsable de la Residencia Vila-seca explica cómo se ha gestionado la crisis de la COVID-19 y cuál es la situación en el centro en la actualidad

Sílvia Mirete en una fotografía reciente.

«Estamos en un momento de estabilidad sanitaria, tenemos que dejar pasar días»Cedida

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—¿Cuál es la situación, a día de hoy, el jueves 23 de abril, en la Residencia Vila-seca?

Tenemos una capacidad de 100 personas, y a estas alturas tenemos una ocupación de 67 residentes. Tenemos el centro sectoritzado, de manera que en la tercera planta tenemos los casos negativos, bien porque han pasado la enfermedad y ya han negativizado, bien porque no lo han pasado. Son 11 residentes. En la primera y segunda planta está el resto, los positivos, que son 56.

—¿Se han podido hacer tests, en la Residencia Vila-seca?

— Sí, se han hecho pruebas PCR a todos los residentes. Los hicimos el primer fin de semana de abril. Por eso hemos podido tener esta fotografía que acabo de comentar.

—¿El personal que trabaja en la Residencia también han podido pasar estos tests?

Sí, hemos hecho 70 tests a un total de 48 personas, porque a los trabajadores que habían dado positivo se les ha hecho un nuevo testparacomprobar si ya habían negativizadoy podían volver al trabajo. Tuvimos 23 positivos que hicieron aislamiento en su casa y 25 casos que salieron negativos.

—¿Disponen del material de protección necesario para todos estos trabajadores?

Sí, todos llevamos una rana impermeable que se desinfecta diariamente, y cuando se estropea se sustituye, porque tenemos muchas unidades. También llevamos la mascarilla FFP2 con una mascarilla quirúrgica encima, que se cambia cada día, así como las gafas, las pantallas, los cubrezapatos y las gorras. Y en la planta de positivos, se añade la bata de un solo uso encima de la rana.

—¿El stockde este tipo de material es suficiente para afrontar las próximas semanas?

Sí, hacemos pedidos directos y vamos recibiendo, del Ministerio, del Departamento de Salud y también muchas donaciones. La verdad es que, en este pueblo, ha habido muchas donaciones: de particulares, de empresas y gestionadas por el Ayuntamiento. Todas han contribuido a que no tuviéramos las dificultades que quizás han presentado otros centros, que sólo gestionaban lo que recibían de los departamentos.

—¿Cómo se ha coordinado la gestión de la crisis sanitaria?

Desde el primer momento la coordinación con el Ayuntamiento ha sido muy importante. Cada día estamos haciendo videoconferencias y llamadas. También con el Ambulatorio, porque aunque una de las dos doctoras que trabajan con nosotros es coordinadora, y por lo tanto ya hay una relación estrecha con ellos, el Ambulatorio habilitó un par de profesionales para hacer los PCR a los residentes. Tengo que decir que estos tests, que nosotros hicimos a principios de abril, enmuchos centros de Catalunya se hicieron la semana pasada. Por lo tanto, llevamos un margen de quince días. Pero eso también hizo que nuestro balance pareciera muy escandaloso, porque se hizo público en un momento en que no se hacían estas pruebas. En un primer momento nos preocupó tener tantos casos, pero ahora ya hemos visto que esta fotografía no es aislada de otras realidades. La diferencia es el momento en que se hizo.

—¿Qué ha sido el más complejo de gestionar hasta el día de hoy?

En un primer momento nos basábamos en sí los usuarios presentaban síntomas o no, e hicimos la sectorización según esta sintomatología. Poco después, tuvimos los resultados de los tests, y no siempre coincidían. Así que en menos de una semana tuvimos que mover a los residentes entre plantas. Eso fue una situación compleja, porque hacer setenta cambios en tan poco tiempo no es fácil. Además, eso coincidió con el momento en que teníamos que dar mucha información a las familias. Por lo tanto, coincidieron por una parte mucha gestión de llamadas, y de la otra mucha gestión de movimientos internos. Y de asistencia, porque estábamos en el pico de afectación de la enfermedad.

—¿Cómo se ha diseñado la comunicación con los familiares?

Hemos dedicado muchos esfuerzos a gestionar toda esta información. Y también a hacerlo al gusto de todo el mundo, porque los familiares quieren saber qué está pasando con su pariente, pero también con los otros. En este punto hay una cuestión de privacidad que hay que respetar. A veces, parece que si no das toda esta información estás ocultando datos, cuando en realidad no es así. También nos hemos encontrado con familiares que multiplican las llamadas porque cada miembro quiere tener la información directa... Y en momentos en que tienes un trabajo que triplica el habitual, informar es importante, pero la asistencia es prioritaria. Eso ha sido también difícil. Ahora en este momento ya es todo muy diferente.

—¿Cuántas defunciones ha habido, en la Residencia Vila-seca, desde el inicio del confinamiento?

A partir del 15 de marzo, hemos tenido 20 defunciones. Pero si miramos las cifras en relación en la COVID-19, son 15. Evidentemente, son cifras que no tienen nada que ver con la media estándar de un mes en Vila-seca. Está claro que este virus ha afectado a la gente de nuestro perfil. Y eso tampoco ha sido nada fácil de vivir. Hemos tenido que ir informando a las familias del empeoramiento y la defunción de sus parientes. Siempre, sin embargo, hemos intentado priorizar la comunicación con estas familias, hablando una y dos veces al día, haciendo videoconferencias, videollamadas, pasante los mensajes... Por otra parte, también hemos tenido algún caso que era casi asintomático y que ha acabado con una defunción repentina. Y todo nos ha tocado mucho a todos. No estamos habituados a tener este número de defunciones. Vivimos de cerca de la muerte, pero no en este nivel.

—¿El personal de la Residencia está recibiendo algún tipo de apoyopsicológico?

Trabajamos muchísimo la unión del equipo. En el grupo disponemos de psicólogos, pero lo que nos sirve más a todos es la terapia colectiva, la unión del equipo. Estos días estamos viendo una parte positiva de la COVID, y es que todo está siendo tan diferente que te permite conocer a las personas no sólo desde la vertiente profesional, sino también humana, y eso es lo mejor que hemos tenido: ver el equipo con ganas y fuerzas a pesar de estas circunstancias no tiene precio. Es impresionante.

—¿Qué protocolo se seguirá a partir de este momento?

Ahora estamos con mucha estabilidad sanitaria, sin grandes sorpresas. Por lo tanto, tenemos que pasar días. Inicialmente nos habíamos planteado volver a pasar las pruebas PCR pasado el puente de mayo, porque ya habría pasado un mes desde que las hicimos, pero estamos pensando que lo haremos alrededor del 11 de mayo para dejar un poco más de margen, ya que con los trabajadores hemos visto que negativizar tarda más de un mes. Iremos más sobre seguro si lo hacemos un poco más adelante. No está claro que se puedan repetir los tests, porque no podemos decir con certeza que tendremos, pero de entrada la idea es dejar pasar un mes y medio desde el momento que tuvimos los positivos para empezar a hacer rutinas de dinámicas grupales, terapias de grupo, gimnasio... en definitiva, cosas que a día de hoy están completamente suspendidas.

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