Solidaridad
Una salouense cose mascarillas de algodón para poder regalar a los niños de manera altruïsta
Pide una máquina de coser para responder a todos los pedidos
Paola Rodríguez es una argentina de 48 años que vive en Salou desde hace 14. Vive el confinamiento con sus dos hijos, de 10 y 11 años. En una de sus visitas rutinarias al supermercado vio la mascarilla que llevabasu vecino y preguntó el precio que había pagado, unos cinco euros.
Este hecho, junto con la noticia que los niños podrían salir durante una hora al exterior a partir del próximo domingo, provocó la necesidad de aportar algo a toda esta situación. Pensó en hacer mascarillas para regalar a las personas que le pidieran. «Quería hacer mascarillas para los niños, con colores y más alegres de las que puedan encontrar,ya es bastante difícil para ellos y el aspecto de los adultos con mascarillas cuando salgan no creo que sea muy agradable», explica Paola. Paola buscaba una manera de ayudar y dado que ahora se encuentra en paro, pensó que sólo podía aportar su propio trabajo. «Las coso a mano porque no tengo máquina de coser, he pedido pero no he encontrado a nadie que me la pudiera dejar», explica.
Esta idea la compartió en las redes y la respuesta no se hizo esperar, ahora lleva ya más de 100 encargos y cree que si siguen pidiéndole no podrá dar respuesta a tanta demanda. Paola lleva días cosiendo hasta muy tarde con el fin de poder proporcionar las mascarillas a las personas que le han pedido. «Estos días me he ido a dormir a las cinco de la madrugada, querría poder hacer todas las mascarillas que me han encargado para los niños que las necesitarán a partir del domingo», relata.
El material que utiliza la Paola es algodón 100%, obtenido de camisetas infantiles. El algodón se puede lavar a 60 grados con el fin de desinfectarla y reutilizarla las veces que haga falta. Reconoce que no ha utilizado ningún patrón, sino que recorta la prenda de ropa en un rectángulo de 20 cm de largo por 17 cm de ancho y lo adapta a fin de que tenga doble cobertura. El agradecimiento que ha recibido de muchas familias es lo que le sirve para seguir cosiendo. «Hay una familia que tiene que ir con su hija al hospital y le hice una mascarilla más alegre para la niña», explica y añade que entre todos, por poco que tengamos, nos tenemos que ayudar.