Restauración
Un restaurante histórico del Priorat sirve a domicilio hasta Barcelona
El Hostal Sport ha tenido que reinventarse y hace repartos en varias zonas según el día de la semana
El restaurante Hostal Sport, fundado en Falset, sirve a domicilio en la provincia de Tarragona, y ahora también en Barcelona, para mantener el negocio, que «nunca ha cerrado en sus 97 años de vida», ha explicado a Efe su propietaria, Marta Domènech.
El decreto de estado de alarma por la pandemia sorprendió en este restaurante histórico y familiar «con las neveras llenas, a punto para la Semana Santa y la Feria del Vino», explica Domènech, cuarta generación al frente del establecimiento.
La Feria del Vino estaba programada para este fin de semana y cada año atrae miles de visitantes a Falset, capital de una comarca conocida internacionalmente por la alta calidad de sus vinos.
Por dar salida a todo este género, la propia Domènech empezó el reparto a domicilio de platos típicos de su carta y de la gastronomía local, como el conejo con caracoles, el pollo a la catalana, las 'galtes' de cerdo, el jarret de ternera, las manitas de cerdo a la catalana o la cola de buey.
Todo eso, hermanado con los mejores vinos de la comarca, pertenecientes a las DO Priorat y Montsant.
Así, «el lunes repartimos en l'Hospitalet de l'Infant y Cambrils (Baix Camp); martes, en Tarragona, Reus y Salou (Tarragonès), los miércoles, en la Conca del Barberà, el jueves, en Tarragona; el viernes, en Móra d'Ebre (Ribera d'Ebre), Gandesa (Terra Alta) y otras poblaciones del sur de Falset», dice Domènech.
La propuesta ha tenido tan buena respuesta que se ha expandido recientemente también hacia Barcelona, y por eso la gerente revela que «cada vez que suena el teléfono para un pedido, en casa nos abrazamos de alegría porque todo es muy duro».
El restaurante cuenta con doce empleados -desde mediados de marzo, en Expediente de Regulación Temporal de Empleo - y «también tengo que pensar en ellos, algunos trabajan con nosotros desde hace 45 años y somos como una gran familia».
El restaurante ya actuaba como centro de reparto de cartillas durante la Guerra Civil y «mis abuelos me enseñaron a que lo importante es que no se apague el fuego, que se mantenga la llama,» otro aliciente más para crear esta nueva línea de negocio.
«La mantendremos», asegura Domènech, porque «hemos detectado que se utiliza también como un regalo y llevar felicidad a los hogares es un plus añadido para nosotros».
La gerente del Hostal Sport vaticina que «cuando acabe el confinamiento, también serán tiempos difíciles para los restaurantes» y pide a las administraciones que «no lo carguen todo a hombros de los pequeños empresarios como nosotros».
En este sentido, pide «rebajas de impuestos y más flexibilidad horaria» y también que «si quieren aplicar una certificación sanitaria, que piensen bien como lo harán».
Domènech también cree que «esta situación, totalmente nueva para todos, hará que valoramos mucho más los productos y los locales de proximidad» y, de hecho, concluye, «es lo que ha pasado con nosotros: si no, hubiéramos tenido que cerrar».