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Estado de alarma

Las librerías tarraconenses afrontan con incertidumbre la apertura en la fase 1

Los libreros ofrecerán mascarillas, guantes y geles desinfectantes a los clientes

Pla general d'un client a l'entrada de la llibreria La Capona comprant un llibre escolar

Las librerías tarraconenses afrontan con incertidumbre la apertura en la fase 1ACN

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Las librerías La Capona i Adserà de Tarragona podrán recibir clientes sin cita previa pero con limitaciones de aforo a partir del lunes, con motivo del paso del Camp de Tarragona a la fase 1 de la desescalada. En declaraciones en el ACN, los responsables de ambos negocios explican que ofrecerán mascarillas, guantes y gel desinfectante a los clientes para evitar la propagación del coronavirus, y que velarán por el cumplimientodel distanciamiento establecido -2 metros- y las medidas de seguridad. Además, aseguran que permitirán hojear y remover los libros de las estanterías. Las librerías afrontan la nueva fase con incertidumbre, pero con el espíritu de adaptarse a las circunstancias derivadas de la pandemia.

El lunes poco más de la mitad de librerías catalanas levantaron la persiana en el primer día de retorno autorizado a la actividad en la fase 0. El Gremio de Libreros lamentó que el BOE con los detalles de la medida no se publicara hasta el domingo por la tarde. La tardanza y el poco margen de maniobra provocó que un 16% de los negocios no pudiera abrir el primer día -aunque querían hacerlo-, y que el 30% restante decidiera esperar hasta la fase 1. Esta fase, sin embargo, de momento sólo será una realidad en el Alto Pirineo y el Arán, las Tierras del Ebro y el Camp de Tarragona.

Una de las librerías que ha devuelto a la actividad esta semana es la librería La Capona de Tarragona. El establecimiento colocó el lunes una mesa en la puerta para delimitar la zona de recogida de encargos, y también puso guantes, un gel desinfectando y un folletón con recomendaciones para evitar el contagio de la covid-19. Estos productos de protección, así como mascarillas, también se ofrecerán a partir del lunes cuando se pase a la fase 1. Entre las medidas de seguridad, los propietarios de la librería también han instalado mamparas de metacrilato en la zona de la caja, desde donde regularán el aforo.

Además, los libreros han reducido el horario de apertura una media hora, tanto por la mañana como por la tarde, para adaptarse a la nueva realidad. En concreto, abrirán de las nueve y media a la una del mediodía y de cinco a ocho de la noche. Durante el rato que no permanecerán abiertos aprovecharán para desinfectar la librería, según explica Ricard Espinosa, uno de los socios de la librería.

La emergencia sanitaria ha sacudido el pequeño comercio, que ve el futuro con incertidumbre. El librero vaticina que la gente responderá los primeros días, como hizo por Sant Jordi, y que eso los permita «salvar los muebles». Tenemos ganas de abrir, lo haremos con precaución. Pero tenemos miedo porque no sabemos cómo funcionará todo», admite Espinosa. Y en este sentido, se pregunta que pasará con las ventas de los libros escolares. ¿«Se comprarán estos libros? ¿Pasará dentro de quince días? Iremos adaptándonos a las circunstancias», se convence, resignado.

Por todo ello, el librero no descarta tener que reinventar las actividades que hacían relacionadas con la lectura, como las presentaciones de los libros, que podrían llegar a ser virtuales o semipresenciales.

En la Rambla Nueva de Tarragona, la librería Adserà también implementa las medidas de seguridad y de aforo. La gerente, Gertri Adserà, facilita el gel desinfectante a los clientes cuando entran en el establecimiento para recoger los pedidos. Su hermano se encarga de revisar las reservas de libros y de atender a los compradores. Adserà cree que no tendrán problemas para hacer cumplir las medidas de distanciamiento por las dimensiones del local. «Aunque me gustaría, no ha habido nunca acumulación de personas, creo que las distancias se mantendrán automáticamente», señala.

La librera apunta que no tiene sentido que los clientes no puedan tocar los libros porque es lo que los diferencia de las plataformas y empresas que los venden por Internet. Por este motivo, subraya que dejarán que la clientela remueva los libros de las estanterías, una vez se hayan desinfectado las manos. «Comprar un libro sin poder tocarlo, sin mirar las portadas y contraportadas, me parece una cosa muy absurda, teniendo en cuenta que hay libros que hace muchos meses que están aquí», argumenta Adserà.

En su caso, el lunes volverá a trabajar toda la plantilla. Dos trabajadores en la librería de Valls y cinco más en la de Tarragona. Eso sí, en horario de media jornada hasta junio. Adserà no se muestra muy optimista con respecto a las ventas, a pesar de reconocer el empuje que ha supuesto la campaña de Librerías Abiertas. «Estamos conformados pero no animados. Creo que las ventas no se animarán», afirma Adserà. Por eso, hace un llamamiento para que la gente compre en el pequeño comercio.

«Hasta el año 2021 no haremos un buen Sant Jordi»

Según Adserà, celebrar Sant Jordi en julio puede ser positivo, pero no ve claro que se pueda trasladar a octubre porla coincidencia con la campaña de Navidad. En el mismo sentido, Espinosa cree que se podrá programar una feria del libro u otros acontecimientos para promocionarlos, pero que en ningún caso se recuperará la «maquinaria» de la Festividad. «Hasta el año 2021 no haremos un buen San Jordi», precisa.

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