El grueso|grosor de la hostelería tarraconense descarta abrir el lunes porque no cubrirá costes con las restricciones

Ante las circunstancias actuales, el sector de la hostelería teme que puedan hacer «beneficios» este verano para sobrevivir el resto del año. Pintado ha explicado que muchos empresarios no disponen de liquidez y que se han tenido que acoger a los créditos de los ICOS para poder pagar los impuestos, las cuotas de la seguridad social u otros gastos, como los alquileres. Para adaptarse a la situación, los empresarios han tenido que asumir un «pequeño sobrecoste» para implementar las medidas de higiene o bien instalar mamparas de metacrilato.

De hecho, uno de sus temores era tener que invertir para adecuar los locales en la nueva normalidad, tal como pasó con la ley antitabaco. «Muchos hicieron el esfuerzo entonces y las inversiones quedaron obsoletas en poco tiempo. Ahora muchos no lo podrían afrontar», asegura Pintado.

En cambio, el sector celebra la flexibilización de los Expedientes Temporal de Regulación de Ocupación (ERTO), ya que les permitirá reincorporar a la plantilla en función de la evolución de las fases de desescalada y de la recuperación económica. «Para nosotros es positivo que se puedan recuperar los ERTOS gradualmente según vaya produciéndose la facturación del establecimiento. No tenemos la misma plantilla en julio que en mayo,» ha argumentado Pintado. Y añade: «Tengo claro que muchos ERTOs se convertirán en Expedientes de Regulación de Empleo».

«Más espacio público para ampliar las terrazas»

Entre las principales demandas del gremio de hostaleros destacan la ampliación de las terrazas, así como la condonación o reducción de algunos de impuestos, como el del IVA o el de la basura. «Pedimos que nos dejen ocupar excepcionalmente más espacio en la vía pública, porque al final la reducción del aforo significa reducir la facturación», ha lamentado Pintado. Además, también ha reclamado más «agilidad» al gobierno español a la hora de elaborar los protocolos de actuaciones y se ha quejado del retraso de su publicación al BOE. Entendemos que es difícil legislar, pero pedimos que se cuente con el sector privado. Queremos ser rápidos, dar respuestas y quitar el miedo», ha dicho.

Entusiasmo e incertidumbre entre los hostaleros que devolverán a la actividad

Rafa Oliver, propietario de las geladeries Raffa Gelati de Tarragona, abrirá el establecimiento de la plaza Verdaguer y mantendrá cerrados los locales en la Rambla Nova de Tarragona y al barrio del Serrallo. El lunes pondrá en marcha motores con un trabajador y con media docena de mesas. Según la respuesta de los clientes, se planteará la reapertura del establecimiento de la Rambla a partir de la semana que viene y, más adelante, ya en la fase tres, la del local del Serrallo. «Abriré como autónomo para hacer probaturas de los horarios, porque dependemos de la salida de los niños, de los abuelos, de la gente que hace deporte y no sabemos exactamente cuál será la afluencia», ha señalado.

El paro de la actividad ha supuesto que los ocho trabajadores de la plantilla se hayan acogido a los ERTOS. La incertidumbre económica no ha permitido que vuelvan a trabajar, aunque Oliver tiene el deseo de volver a contratarlos. «No sabemos que puede pasar y prefiero que tengan el colchón de la administración que no el de la misma empresa que dispone de una liquidez mínima», ha reconocido el responsable de la geladeria.

Con los tres locales ya desinfectados, el viernes Oliver preparaba con entusiasmo las neveras con helados y horchata. «Es una sensación agridulce, quiero ser muy optimista, porque la gente tiene muchas ganas pero por otra parte hay una incertidumbre muy grande,» ha valorado, «quiero pensar que nos sale a cuenta abrir y, por eso, me arriesgo».

Al otro lado de la plaza Verdaguer, el restaurante La Pepita también se prepara para la reapertura. Su propietario, Carles Badia, ha explicado que utilizará el local para almacenar los productos en tres espacios donde los desinfectará y les dejará en cuarentena. Con respecto a la terraza, colocará seis de las catorce mesas que tiene habitualmente. Además, aprovechará las pantallas de madera y metacrilato, que ya utilizaba para delimitar la terraza, para separar las mesas.

El restaurador tiene previsto pedir la ampliación del espacio de la terraza al Ayuntamiento de Tarragona. Con todo, no lo hará para meter más mesas sino para distanciarlas. «Más mesas nos supondría cargarnos de personal cuando no sabemos la respuesta de la gente, priorizaremos la comodidad y la tranquilidad», ha sostenido. Y en este sentido, ha remarcado que no «le sale a cuenta» abrir, pero que tieneganas de volver a trabajar. «Creemos que la ciudad se lo merece y nos toca hacer el esfuerzo. Necesitamos mentalmente recuperar la normalidad», ha afirmado Badia.

En su caso, ha pedido un ICO y tiene los once trabajadores con ERTO. Con todo, el lunes incorporará a dos empleados, uno para trabajar en el restaurante La Pepita y, el otro, la Maria Castaña, establecimiento que también regenta. Por ahora, no tiene previsto servir cenas ni coger reservas. «No queremos mesas grandes, porque tendríamos que coger media o toda la terraza, queremos que haya rotación y que todo el mundo pueda aprovechar que hacemos el esfuerzo de abrir», ha dicho. A la vez, Badia espera que la gente responda y que no haya empresarios que se salten la normativa, porque considera que si hay fotografías con terrazas llenas de clientes, se daría una mala imagen del sector.

Aparte, el gremio de hostaleros cree que los favorecerá ser de las primeras regiones a entrar a la fase 1. «Haremos de prueba piloto para los profesionales de otros lugares que verán como hemos arrancado. La gente con segundas residencias en el Campde Tarragona vendrá con mucha más tranquilidad a disfrutar de sus vacaciones cuando nos permitan cruzar las provincias y regiones», ha dicho Olivo.