Personas mayores
La importancia de recuperar la confianza después del confinamiento
Los expertos apuntan una serie de recomendaciones a fin de que el miedo no sea un sentimiento que «paralice» a las personas mayores
Durante la crisis generada por la COVID-19, las personas mayores han sido uno de los colectivos más afectados. No únicamente con respecto a las consecuencias más graves para la salud, sino porque han estado aisladas durante semanas y no han podido contar con la presencia física de sus familiares. La incertidumbre y el miedo han sido sentimientos habituales. Muchas personas mayores se han visto obligadas a vivir aisladas en sus casas o habitaciones por miedo al contagio, se han suspendido sus actividades cotidianas y han visto rotación del personal habitual.
Los psicólogos apuntan que este miedo «es el miedo por la supervivencia y como tal implica uno de los instintos más básicos de los seres vivos», asegura Ana Gutiérrez, psicóloga sanitaria.
Las personas mayores se enfrentan «a una ambivalencia emocional: por una parte el deseo de volver a establecer relaciones y, por otra, el miedo de hacerlo. Es una ambivalencia que añade tensión emocional al mismo miedo», explica.
El miedo no nos tiene que paralizar a pesar de la situación que estamos viviendo. Desde el Colegio de Psicólogos apuntan que «el miedo al contagio es el que decimos un miedo funcional, es decir, nos advierte de un riesgo real y, por lo tanto, tenemos que tenerla en cuenta y actuar en consecuencia minimizando este riesgo. Con conductas y actitudes adecuadas», y por eso su recomendación es la de seguir las normas de seguridad e higiene y que las personas mayores lleguen a integrarlo en su día a día.
La propuesta de los psicólogos implica asumir estas rutinas de seguridad y de «ser consciente de las emociones y sentimientos que tenemos en cada momento para ir ganando confianza». Dar espacio a todas las emociones y no negar que forman parte de nuestro estado de ánimo.
Sin embargo, los profesionales de la psicología consideran muy valioso el apoyo de las familias u otros profesionales: «a fin de que las personas mayores no tengan que pasar por esta situación solas, es importante dar apoyo y acompañarlos», explican.
En este sentido, recomiendan «validar su miedo porque es normal y natural», y después «escuchar, entender, animar y apoyar a alguien en su camino». Hay que ser «especialmente comprensivos y tratar que entiendan que, con conductas y actitudes adecuadas, pueden ir recuperando su entorno afectivo y sus rutinas», explican.
Mantenerse activos
Uno de los aspectos en que los expertos coinciden como importante durante la tercera edad es mantener una vida activa. Eso implica una buena función física pero también mental. El cuerpo y la mente se pueden mantener en plena forma, aunque nos hacemos mayores. La pandemia ha provocado que durante semanas hayamos visto limitada la capacidad de realizar actividades como deporte y también participar de la vida social u otros proyectos. Durante la desescalada es momento en que recuperamos los buenos hábitos o incluso que los iniciemos. Cuidar del cuerpo y hacer ejercicio físico tiene efectos sobre la salud y el bienestar físico y también el estado psicológico, ya que puede prevenir estados depresivos. El ejercicio moderado puede realizarse con actividades como caminar, nadar, hacer gimnasia, yoga o pilates pero también caminante. Lo más importante es mantener una dinámica y permanecer activos. El ejercicio intelectual es tan importante como el físico porque produce la llamada reserva cognitiva, que permitirá en el futuro retrasar la aparición de demencias.
Recuperar tan pronto como se pueda la vida social también será muy beneficioso. Un gran número estudios científicos demuestran que tener una vida social activa está relacionado con una mejor calidad de vida y en la salud de la persona.