Un nuevo juego de mesa ebrense combina gastronomía, oficios y sobre todo mucha identidad territorial

«Durante el confinamiento, el tiempo pasaba muy poco a poco y 'somos de culo de mal assiento' y teníamos la necesidad de ir a ver a la yaya y coger los túpers y encontrarnos con los amigos y hacer la charla» y de estas inquietudes que explica el ilustrador nació la idea del juego, junto con Joan Marc Clofent, diseñador y creador del estudio de comunicación visual 5doctubre y socio de la agencia de marketing digital Infotic Studio.

Llépol es un juego de mesa con cartas que consiste en abrir un restaurante y servir a los clientes los platos típicos del territorio. Se tienen que utilizar palabras y frases como 'fato, vianda, pastelitos de cabell de ángel, arroz col y judías o suquet de pescado». Con más de cien cartas se hace valer la identidad territorial de una manera muy divertida. «La idea es que incluya muchas expresiones del Ebre pero tenemos también una gastronomía propia y oficios mucho del 'terreno', como ganapán o alfarero. Se trata de intentar jugar con las expresiones y con la gastronomía de aquí», ha apuntado a Hernan.

Pueden jugar entre 3 y 6 personas y podría convertirse en el juego estrella la próxima Navidad en las Terres de l'Ebre. El lanzamiento oficial se hará en octubre y ya está garantizado porque en sólo tres días han alcanzado la financiación necesaria para hacerlo, 6.000 euros. Se ha conseguido con una campaña de mecenazgo que acabará el 11 de julio, dónde se puede precomprar el juego pero también ser espónsor y publicitarse. «Queremos que se vea como un producto de proximidad y aunque hemos alcanzado el objetivo gracias a particulares y empresas colaboradoras, abrimos la puerta para que muchas empresas se puedan sumar al proyecto. Se trata de vender aquí cosas muy nuestros», ha apuntado Hernan. Entre las recompensas se puede optar por ser uno de los protagonistas del juego y también se ha abierto un concurso entre los mecenas para incluir algún oficio particular del Ebre o algún personaje, «como podrían ser los Quicos».

A pesar de idearse como un «producto de proximidad», también es un juego que esperan que se venda por toda Catalunya. Fuera de las Terres de l'Ebre, todavía puede arrancar más carcajadas y sobre todo enseñar y hacer próximo un hablar muy desconocido por todo el país. «Lo entenderán seguro, aunque algunas palabras están mal escritas expresamente porque las decimos así», ha apuntado al ilustrador. Y es que la marca Del Terreno ya surgió de una anécdota personal de Hernan. El ilustrador había enseñado a hablar catalán a un amigo francés de que al llegar a la universidad se dio cuenta de que aquel catalán que había aprendido en el Delta parecía otro idioma diferente del catalán académico. «Hablamos diferente y fue eso la semilla para crear estos productos, para enseñar al resto de gente cómo hablamos y nos expresamos,» ha defendido Hernan. El juego Llépol quiere contribuir un poco más para que la experiencia dialectal que causan los ebrenses cuando aterrizan en otros territorios de habla catalana deje de ser una sorpresa.