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Alimentación

Una joven de Bràfim elabora crema, alioli, vinagre y bombones con algarroba del territorio

Menjamiques da salida a la producción de kilómetro cero del Camp de Tarragona, ahora también por internet

Clara Martín, propietaria de Menjamiques, mostrando uno de los productos que elaboran.

Una joven de Bràfim elabora crema, alioli, vinagre y bombones con algarroba del territorioACN

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Realzar el valor de la algarroba, uno de los frutos «olvidados» por los consumidores. Este es el objetivo con el que la empresa Menjamiques empezó a rodar hace tres años. Desde el obrador de Bràfim (Alt Camp), su propietaria, Clara Martín, produce un buen número de productos artesanos con la algarroba como denominador común. Cremas, alioli y vinagres, y más recientemente bombones que no se deshacen en verano, forman parte de un surtido que ya llega a más de un centenar de pequeños establecimientos de todo el país. «Si comiéramos más algarroba probablemente seríamos más felices», afirma Martín a ACN. A pesar de la caída de pedidos durante el confinamiento, la pandemia de la covid-19 ha empujado a esta pequeña empresa a dar el salto hacia la venta en línea.

Con la ayuda de una única trabajadora, Clara Martín se encarga de todo el proceso de producción, desde la elaboración de los productos, al envasado, el etiquetado y la distribución. La productora lo hace de forma artesana desde el obrador de la casa señorial de la familia Garriga en Bràfim (Alt Camp). El proyecto nació de una necesidad personal para encontrar alimentos que no contuvieran gluten, lactosa ni otros alergenos, y para potenciar los productos de proximidad.

La algarroba es un cultivo muy arraigado en el Campde Tarragona, así que Menjamiques obtiene la materia prima de las cooperativas y de pequeños agricultores del territorio. También de la finca familiar, en el caso del aceite y las avellanas. Investigando me di cuenta de que tenemos un chocolate magnífico que es la algarroba y que nadie le hacía caso. Así, quise aprovechar los recursos locales que no están bien valorados y sacar provecho», afirma Martín.

Poner en valor la algarroba

La algarroba es un producto muy valorado en países como Italia, Croacia, Israel, Palestina o Turquía, pero, según Martín, en Cataluña todavía queda «mucho camino» para recuperar el prestigio de esta planta. A menudo está relacionada con la comida de posguerra, dado que cuando el chocolate escaseaba la sustituían por algarroba. Durante mucho tiempo también se consumió cruda y eso provocaba dolores de estómago. «La mayoría de personas mayores todavía tienen muchos prejuicios, porque lo asocia al falso chocolate. La verdad es que tendrías que poder decir que estás orgulloso de comerla», destaca la emprendedora.

En la industria alimenticia de la semilla de la algarrobilla se obtienen múltiples usos, como el recubrimiento de las pastillas o aditivos para chocolates y helados veganos. El fruto se utiliza para elaborar pasteles y, también, piensos para los animales.

Cremas, dulces, bombones y productos salados

Martín detalla que elaboran dos tipos de crema de algarroba: la clásica, que contiene almendra y avellana tostadas, harina de algarroba, miel y aceite de oliva virgen extra; y la vegana, con prácticamente los mismos ingredientes excepto la miel. También preparan el dulce de almendra y de avellana, que es como una especie de leche condensada. Su principal característica es que se elabora sin lácticos.

La empresa también ofrece especialidades saladas, como el alioli de algarroba, similar a un alioli de membrillo o manzana. «Tiene un punto dulce, pero con el predominio del ajo y como está cocido no repite», precisa. También elaboran vinagre que no lleva azúcar refinado ni mosto concentrado, sino que contiene el mismo azúcar de la algarroba.

La última novedad de Menjamiques son unos bombones que no se deshacen en verano y que pronto empezarán a promocionar. «No hay ningún tipo de manteca de cacao, sino que los elaboramos con productos autóctonos que nos permiten trabajar de otra manera», sostiene Martín.

La artesana destaca que la algarroba es mucho más beneficiosa que el chocolate porque tiene seis veces menos grasa y contiene triptofán -un aminoácido proteico esencial- que permite calmar la ansiedad. En cambio, el cacao, que tiene cafeína, provoca que las personas se activen más en casos de nerviosismo. «El triptofán es uno de los precursores de la serotonina, que es la hormona de la felicidad. Eso hace que te calme y baje el grado de ansiedad. Siempre digo que si comiéramos más algarroba probablemente seríamos más felices», asegura Martín.

La covid-19, una nueva oportunidad

A pesar de ser una empresa alimenticia, los meses de confinamiento han supuesto una caída de un 70% de los pedidos de los productos, según los cálculos Menjamiques. «La crisis del coronavirusno ha afectado un poco, como a todo el mundo, porque los pedidos bajaron muchísimo, la gran mayoría de tiendas estaban cerradas o no se atrevían a hacerlas», argumenta Martín.

La cara positiva de la emergencia sanitaria es que los ha empujado a dar el salto en venta en línea. «Nos lanzamos a la piscina cuando, de entrada, nos parecía una montaña. Eso nos ha permitido llegar a clientes a los que antes no hubiéramos llegado», admite.

Aparte de la elaboración de productos -de la que distribuye unas 9.000 unidades anuales-, la empresa ofrece talleres de cocina para divulgar y dar a conocer las propiedades de la algarroba. Todas estas actividades, avanza Martín, se reanudarán en septiembre.

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