Policial
El Camp de Tarragona triplica las plantaciones de marihuana respecto de hace cinco años
El jefe de Mossos asegura que «nos estamos convirtiendo en uno de los puntos más importantes de Europa de producción»
El comisario explica que de cada quincena de plantas se puede obtener un kilo de ovillos por el que aquí se pagarían 1.500 euros en el mercado ilícito, pero hasta 5.000 o 6.000 euros en el norte de Europa. Este volumen de plantas, apunta Estela, no requiere de mucho espacio y, además, se hacen cuatro plantaciones cada año. «Si uno coge la calculadora verá que salen muchos ceros», expone el comisario.
La tendencia va claramente al alza enla región con 64.505 plantas confiscadas en 2015, 125.251 en 2016, 170.459 en 2017, 176.897 el 2018 y 221.291 en 2019. Además, aquí hay que añadir las actuaciones que también hacen el resto de cuerpos policiales. La marihuana es un gran reclamo para la delincuencia y cada vez lo es más.
El problema, advierte Estela, va más allá del propio cultivo y es que, detrás de esta actividad, está el crimen organizado. «Eso acarrea otras dinámicas, tráfico de armas, prostitución, corrupción, etcétera. Por lo tanto, tenemos que trabajar todos, no sólo la policía, para asegurarnos de que eso no se acabe enquistando aquí en Cataluña», avisa.
Más seguimiento de víctimas y menos denuncias por violencia de género durante el confinamiento
Como el resto de delitos, el tráfico de drogas también se redujo durante el confinamiento. Durante los días de cierre total la actividad delincuencial se redujo en torno al 70% o 80% en la región, aunque se fue recuperando con el avance de las fases. «La disminución afectó a todas las tipologías delictivas, contra el patrimonio y contra las personas, y se produjo con más intensidad en las grandes ciudades que en las zonas rurales», explica el comisario.
Durante el confinamiento, una de las principales preocupaciones de la policía ha sido evitar situaciones de violencia en el interior de los domicilios. De mediados de marzo a mediados de junio los grupos de atención a la víctima del Campde Tarragona han mantenido hasta 1.185 contactos con mujeres que cuentan con alguna medida de protección judicial por haber sufrido violencia de género. Estos equipos también han hecho 2.314 contactos con víctimas de violencia doméstica –mayoritariamente mujeres, también.
Durante este periodo, las denuncias han ido a la baja en ambas tipologías delictivas. En concreto, del 14 de marzo al 12 de junio las denuncias por violencia de género cayeron un 30% a la región policial Campde Tarragona -se presentaron 257 frente alas 366 del 2019. Las denuncias por violencia doméstica también fueron a la baja, en este caso un 13%.
Los Mossos activarán el refuerzo de verano en la Costa Daurada
El carácter estacional del turismo que llega a la Costa Daurada obligará a mantener el plan de verano en la región, que comporta un incremento de efectivos, más presencia en los paseos marítimos y el despliegue de unidades de orden público en torno al ocio nocturno de Salou. «Está claro que no tendremos el verano del año pasado, pero se está hablando de horquillas de un 60% de los turistas habituales. Cuantos más turistas vengan, más probabilidades hay que se produzcan pequeños robos o hurtos», manifiesta el comisario.
En esta línea, los Mossos tienen claro que también habrá «top manta». De hecho, los últimos días ya se han visto vendedores ambulantes en lugares de Cambrils, el Vendrell y Calafell. El comisario advierte que la policía tendrá que dar respuesta porque «la actividad es ilegal» y penaliza especialmente el comercio. Sin embargo, Estela hace una advertencia: «por si solamente no lo podemos arreglar porque lo que no podemos hacer es jugar al juego del gato y el ratón, nos acabaremos haciendo daño y acabarán saliendo imágenes que ni unos ni otros no queremos ver».
Por este motivo, Estela admite que la policía tendrá que intentar buscar la manera» de convencer a los manteros de que la actividad es ilegal. «Si hace falta utilizaremos toda la mediación que podamos y toda nuestra sensibilidad para ahorrarnos actos de fricción o de fuerza de unos contra los otros. Pero mientras no haya una normativa que lo regule la policía tendrá que hacer frente», insiste.
Y en este sentido, preguntado por la muerte de George Floyd en manos de la policía a los Estados Unidos, el comisario garantiza que los Mossos d'Esquadra seguirán actuando «con un respeto profundo hacia las personas, hacia los derechos humanos, con una praxis policial anclada en la máxima legalidad, con los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad, como trabajamos siempre».
Objetivo: menos hechos delictivos, menos accidentalidad y más percepción de seguridad
Originario de Alcarràs (Segrià), Josep Maria Estela aterrizó hace un año en la región policial Campde Tarragona, la sexta por donde pasa durante los 25 años que lleva enla policía catalana. Uno de los momentos más complejos de su carrera, sin embargo, lovivió en agosto del 2017 como jefe de la región policial Terres de l'Ebre, con la explosión del chalet de Alcanar ocupado por la célula yihadista de Ripoll. Según el comisario, los Mossos, y también el resto de cuerpos policiales y el propio Gobierno, han aprendido mucho, de los atentados de Barcelona y Cambrils. «Si se volviera a producir está claro que nuestra capacidad de reacción sería todavía mejor de la que tuvimos», afirma.
Además, Estela apunta que la ciudadanía ha adquirido un nivel de sensibilidad hacia el terrorismo que antes no tenía porque lo percibía como una amenaza más bien lejana. Eso, subraya, se ha traducido en una mayor colaboración ciudadana. «Nos llegan muchos más avisos e informaciones de personas con determinadas conductas que nosotros comprobamos», revela.
Sorprendidos con la «violencia» de los disturbios postsentencia
El último año, sin embargo, también ha estado lleno de situaciones de alta complejidad para la policía. Una de las más complejas se vivió a raíz de la sentencia del proceso. Según Estela, ya preveían que la resolución judicial se traduciría con concentraciones y manifestaciones en la calle. Incluso, esperaban que determinados colectivos acabarían haciendo pintadas o quemando algún contenedor en Tarragona.
«Pero al final nos sorprendió que hubiera tantísimos contenedores quemados, tantísimos daños e, incluso, algunas situaciones muy duras hacia nosotros como lanzamientos de piedras hacia la línea policial. Estábamos preparados para actuar, pero no esperábamos que hubiera tanta violencia por parte de algunos manifestantes en la calle», admite el comisario.
Sin casi tiempo de reponerse de los disturbios, sin embargo, la riada del Francolí en la Conca de Barberà dejó cinco muertos y dos desaparecidos que, a día de hoy, todavía no se han podido localizar. Enero estuvo marcado por la explosión de IQOXE y el temporal Gloria. Y, finalmente, el cuerpo ha tenido que afrontar toda una pandemia mundial.
A pesar de todo, los Mossos siguen trabajando día a día porcumplir los objetivos trazados por el comisario: disminuir los hechos delictivos, aumentar la percepción de seguridad de la ciudadanía y la disminución de la siniestralidad viaria, que se reactiva en paralelo al avance de la reanudación. «Nos gustaría poder contribuir a disminuir cada vez más el número de accidentes con víctimas graves y mortales en las carreteras de Tarragona», desea el comisario.